thumb do blog Renato Cardoso
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LA GENERACIÓN NINI SIRVIÓ DE ALGO (increíble)

Uno de los grandes problemas sociales de la actualidad son los jóvenes que ni trabajan ni estudian, más conocidos como nini. Están en la total dependencia de sus padres o de la sociedad y nunca hacen nada productivo.

Al reflexionar sobre esto, leemos en Santiago 2 que la fe necesita obras, acciones, es decir, manifestación en algún tipo de actitud real. De manera sintetizada, la fe es lo que usted hace y no lo que sabe con respecto a Dios, lo que siente o su afiliación religiosa. La fe es lo que usted hace con lo que Él dice en Su Palabra.

Podrá notar que la principal diferencia entre la generación nini y las anteriores es que las últimas crearon hijos para trabajar desde temprana edad. Trabajar nos ayuda a aprender cuáles son nuestras responsabilidades, sobre puntualidad y nuevas habilidades, nos ayuda a ver el fruto del trabajo y reconocer el valor de las cosas.

De esta manera, no solo estudiamos, sino que actuamos, trabajamos, producimos. Esto no es apoyar al trabajo infantil o condenar los estudios. Después de todo, ¿cuántas personas hay con diplomas debajo del brazo que no saben hacer nada? Además, las empresas lo saben y ya están despreciando los diplomas y preguntándole al candidato lo que hace y lo que ha hecho, porque quieren saber lo que creó y en qué fracasó, porque, si hubo fracaso, es porque lo intentó.

Sin embargo, si el estudiante llega con el diploma, con olor a talco y sin experiencia, las empresas lo despachan. Así como lo que usted hace en la vida es lo que cuenta, también en la fe es así. No sirve de nada decir que tiene fe, que sabe liturgia, que estudia y que invierte en conocimiento si no pone eso en práctica.

¿De qué sirve que sepa, por ejemplo, que es necesario perdonar, si no lo hace y no pide perdón? Si quiere saber sobre la fe, observe lo que usted está haciendo.

Si lo que hace está alineado con lo que está escrito en la Biblia y con lo que dice, su fe es verdadera y puede estar seguro de que le traerá resultados. Sin embargo, si hay disociación entre lo que usted dice y lo que hace, su fe es inexistente.

Es como dice la Palabra de Dios: «Así hablad, y así haced…» Santiago 2:12, es decir, lo que usted dice también debe hacer. De lo contrario, será un mentiroso y se estará mintiendo a sí mismo.