thumb do blog Renato Cardoso
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INCLINACIONES

Dios creó al ser humano para andar en rectitud y equilibrio, pero la desobediencia lo apartó del Creador y lo condujo a la muerte. Aprenda, en este video, los 3 pasos para vencer la inclinación de la carne y vivir una vida en paz

La inclinación de la carne es enemiga de Dios. Esto nos afecta a diario, ya que tiene que ver con nuestra naturaleza humana — lo que llevamos dentro de nosotros.

Fuimos creados rectos, pero nos desviamos.

La Biblia afirma que Dios creó al ser humano recto, es decir, equilibrado, comedido, sin inclinaciones. Nos hizo a Su imagen, y Dios es perfecto, sin desvíos. Sin embargo, al elegir seguir su propia voluntad, el hombre desobedeció y encontró la muerte.

Romanos 8:6 declara: «Porque la mente puesta en la carne es muerte…». Y el versículo 7 refuerza: «… ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios…»

Todos tenemos esa inclinación:

¿Quién nunca quiso ser dueño de su propia vida? Desde temprano buscamos independencia, tomamos decisiones por cuenta propia y creemos saber lo que es mejor. Nuestra sociedad incluso relaciona esto con la mayoría de edad: a los 18 años, de repente, somos «dueños de nuestra nariz». Pero querer hacer nuestra propia voluntad es el primer paso hacia el desvío.

Por eso, Jesús nos enseñó a orar: «Hágase Tu Voluntad, así en la Tierra como en el Cielo». Él sabía que nuestra voluntad no siempre nos lleva al bien. Muchas veces, lo que parece bueno al principio, después se revela destructivo.

Identifique las inclinaciones equivocadas:

Es necesario reconocer nuestras inclinaciones — todas. Vanidad, orgullo, codicia, pereza, mentira, vicio, chismes, sensualidad, egoísmo. Estas tendencias nos alejan de Dios y, si no son resistidas, nos dominan. Y lo más peligroso: basta con una pequeña inclinación. Un ángulo levemente torcido ya nos aleja del camino recto.

¿La solución? Inclinarnos hacia el Espíritu. Romanos 8:5 dice: «… los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu». Ya que la rectitud fue corrompida por el pecado, estamos naturalmente inclinados. Pero podemos elegir inclinarnos hacia Dios.

Inclinarnos hacia el Espíritu es:

  • Buscar la verdad en lugar de la mentira
  • Caminar en pureza y mantener la buena conciencia
  • Practicar la justicia, aunque eso nos cueste
  • Hacer lo correcto, incluso cuando no le agrada a la carne

Hacer la Voluntad de Dios exige renuncia. Muchas veces, lo correcto es lo opuesto a lo que queremos. Pero al obedecer, encontramos lo que todos buscamos: vida y paz.

Muchos sufren innecesariamente porque siguen sus propias voluntades. El sufrimiento nace de las malas decisiones. Pero cuando nos inclinamos hacia el Espíritu, huimos de la muerte, de la destrucción y del sufrimiento.

La elección está en sus manos

Entonces, ¿qué quiere?

  • ¿Muerte o vida?
  • ¿Enemistad con Dios o paz con Él?

La elección es suya. No diga «no puedo». Diga: «Yo elijo inclinarme hacia Dios».

Vea este mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso