IMAGINE EMPEZAR EL AÑO NUEVO CON QUIEN YA ESTÁ ALLÍ…
Acabamos de volver de Israel, donde estuvimos algunos días muy productivos, muy espirituales. Como siempre, este es el objetivo de nuestros viajes a Tierra Santa.
Y lo que me gustaría decir aquí tiene que ver con usted, pero quiero usar un ejemplo, que se repite cada vez que viajamos, para ilustrar cómo debe encarar el 2023. Estoy seguro de que usted también ya debe haber tenido esta experiencia.
Cada vez que vamos a un país en el que nunca estuvimos, allí hay un compañero de fe que nos recibe, estamos fuera de casa, pero, al mismo tiempo, estamos en casa, porque somos recibidos por personas de la familia de la fe, que hablan la lengua local, que conocen los lugares a los que podemos ir, las costumbres e incluso cómo comer la comida a la que estamos acostumbrados y a la que no estamos acostumbrados. Todo eso nos lo facilitan.
Ahora, imagine llegar a un lugar en el que nunca estuvo, no tiene que ser otro país, puede ser otra provincia o ciudad. Si sale del lugar al que está acostumbrado, de su habitad, y va a un lugar en el que no conoce nada ni a nadie, seguramente, estará destinado a tener algunos tropiezos, porque terminará yendo a lugares desconocidos, peligrosos.
¿Qué tiene que ver el año con todo eso?
¿A caso nosotros podemos tener algún tipo de sentimiento o conocimiento sobre el futuro, sobre lo que sucederá el próximo año? ¿Alguien tiene una bola de cristal o la capacidad de saber realmente lo que sucederá el próximo año, dentro de 24 horas o dentro de un minuto? No, nadie tiene ese poder.
Hay personas que hacen votos de un feliz año nuevo durante estos últimos días, pero no verán un año nuevo, porque murieron o morirán antes de que cambie el año. Ellas no saben cuándo darán su último suspiro, nadie sabe cómo será el día de mañana, excepto una persona.
Esa persona es el propio Dios, que no está sujeto al tiempo como nosotros. Dios no está limitado por el pasado, por el presente o por el futuro, Él ve todo de una sola vez. Dios ya está viendo lo que el 2023 le traerá al mundo, a mí y a usted. Dios está viendo eso ahora, ¡eso es una realidad ante Sus ojos!
Entonces, así como una persona que nos recibe en un país diferente ya conoce el lugar y puede proporcionarnos comodidad, seguridad y paz, Dios, que es el Señor del futuro, el dueño del mañana, también puede proporcionarnos seguridad sobre el futuro cuando entramos a este de la mano con Él.
Escuche el mensaje completo y entienda más sobre el tema.
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