IMAGINA CONMIGO CÓMO FUE DESPUÉS...
A través de la oración de Ana, vemos lo que sucede con quien insiste en pisotear a quien está sufriendo
Imagina cómo habrá quedado el ambiente en la casa de Ana, Elcana y su otra esposa. La Biblia no da muchos detalles sobre eso, solo un breve versículo en 1 Samuel 2:5.
Imagina cómo cambió el juego:
Vemos que la suerte se dio vuelta. Ana comenzó a tener hijos, y Penina ya no volvió a quedar embarazada. Ella no necesitaba humillar a Ana, pero por ser infeliz y no tener lo que quería (el amor de Elcana), humillaba a Ana. Por pura envidia.
Entiende:
Dios permite el sufrimiento para impulsar nuestra fe. Solo necesitamos usar ese dolor para acercarnos más a Él.
Usa tu imaginación conmigo, mira el video de arriba y observa que, a través de la fe inteligente, esa situación que tanto te humilla puede transformarse en un bien.
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