HAGA LA PRUEBA DEL ÉXITO AJENO Y VEA SI APRUEBA
Quisiera proponerle una prueba, la prueba del éxito ajeno. ¿Cómo lidia y se siente con el éxito de los demás? Hay dos formas de lidiar con eso. La primera reacción es envidiar el éxito del otro y desear que fracase. La otra reacción es admirarlo y analizarlo con el interés de aprender: «¿Por qué él es tan exitoso?, ¿qué puedo aprender de él para también serlo?».
El primer grupo, normalmente, está formado por personas que piensan que el mundo tiene una cantidad limitada de espacio, y cualquiera que crezca tomará el espacio de ellas: «Tengo que desear el fracaso del otro para que mi parte sea mayor». Este primer grupo es el de los envidiosos, el de los que alientan en contra, el de los que quieren ver a los demás tropezar, el de los que quieren pisar a los demás.
El segundo grupo tiene la mentalidad de que, aunque muchas cosas en el mundo sean limitadas, hay una fuente inagotable. Estamos limitados solo por nuestra creatividad y disposición de trabajar. Es decir: «Hay lo suficiente para mi vecino y para mí. Los dos podemos prosperar juntos. Si está bien, en realidad, será mejor, porque me dejará en paz. Si estoy con alguien que está mal, debo preocuparme, porque ese alguien me puede perjudicar».
En la Biblia vemos varias historias de envidia. Por ejemplo, desde el inicio, en Génesis, ya vemos que Isaac enfrentó la envidia en la tierra de los filisteos. En esa época, era necesario cavar un pozo para usar el agua. Donde Isaac cavaba, encontraba agua. Los filisteos en lugar de decir: «¿Cuál es tu técnica? Enséñanos. Aparentemente, hay agua para todo el mundo en esta región», ¿sabe qué hicieron? Taparon los pozos de Isaac. De esta manera, se volvieron enemigos de Isaac, porque donde él ponía la mano prosperaba.
Dios no dejará que les falte nada a los que Le pertenecen. Él promete el pan nuestro de cada día. No faltará. Aunque esté en el desierto, si tiene la mentalidad de envidiar el éxito ajeno, atraerá un espíritu de miseria. Mientras la persona más retiene, menos tiene. Porque es el espíritu de la escasez. Por otro lado, la persona que da tiene al espíritu de la creación, de la abundancia, que confía en el poder del Creador. Si ella pierde hoy, mañana se abrirá otra puerta mejor. Vea el mensaje completo en el siguiente video.
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