Emociones descontroladas son asesinas de relaciones. Puede parecerle extraño que la misma energía que une a  dos personas también puede separarlas. Pero es así mismo.

Cuando usted ama una persona, lo que él o ella hace, piensa, o dice, le afecta mucho más de lo que los demás  hacen, dicen, o piensan. ¿Por qué? Porque usted está emocionalmente conectado a ella. Entonces, cuando su jefe le dice: «Este informe está una porquería», usted puede quedarse molesto en aquél momento, pero pronto  deja de estar. Sin embargo, si su marido o esposa dice la misma cosa, usted es capaz de llevar aquello consigo para la tumba. (Pero antes, va a tirar aquellas palabras en la cara de la otra persona siempre  que pueda).

Aquí va el consejo:

Si sus emociones negativas están a  flor de piel — rabia, rencor, vergüenza, odio etc. — entonces no las explote sobre su compañero. Él (ella) no lo merece (ok, quizá lo merezca, pero no va a solucionar nada). ¿Qué usted debe hacer con sus sentimientos en vez de eso?

Haga cualquier cosa que le ayude a calmarse. Llore, si es necesario. Hable con Dios. Ponga la boca dentro de una bolsita y grite. Escriba tres páginas en su diario con toda su furia. Salga a caminar. Lo que funcione para usted, hágalo.

Y entonces, cuando sus emociones se normalicen y  su cerebro esté de vuelta en el control, vaya y lidie con el problema de forma racional. Las emociones son la herramienta equivocada para solucionar problemas.

El otro lado: Si usted se encuentra al pie de la montaña emocional de su compañero y una avalancha viene en su dirección, probablemente usted no tendrá tiempo para correr y esconderse — y ni debe. Dejar la otra persona hablando sola sólo va a empeorar la situación. He aquí lo que usted debe hacer:

Encarnar un representante ejemplar de servicio al cliente.

Personas que trabajan en atención al cliente saben lo siguiente: No se puede argumentar con un cliente irritado. Lo mejor que usted puede hacer cuando un cliente airado dispara sus frustraciones en usted, es mostrar empatía, pedir disculpas, entender, y resolver la reclamación. Lo peor que usted puede hacer es quedarse molesto y responder con la misma moneda.

Entonces, cuando la persona amada se comporta como aquel cliente airado, entienda que, probablemente, hay una buena razón para aquella rabia. Fíjese en lo que es. Entienda. Pida disculpas si usted es responsable por todo o parte del problema. Y, manteniendo la cabeza fría, decida lo que usted puede y va a hacer para corregir el problema.

Y si un representante del cliente puede hacerlo por dinero, usted puede hacerlo aún más por amor.

Usted sólo necesita decidir dentro de sí que esta será su nueva manera de lidiar con las emociones de su compañero y también con las suyas.

Emociones son la herramienta equivocada para solucionar problemas. La inteligencia es la correcta.

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