Todos quieren que los comprendan. Cuando el policía de tránsito lo detiene en la calle, porque usted estaba a una velocidad alta, él le pregunta: «¿Sabe por qué lo detuve?», usted quiere contarle una excusa, quiere que lo entienda y que lo deje ir sin multar. Cuando quiere cambiar el mueble de la sala, de la cocina y su marido considera que no es el mejor momento, que deben ahorrar dinero para pagar las deudas, comprar una casa, usted quiere que él entienda que el mueble está feo y que tiene vergüenza de traer visitas a su casa. Cuando usted, que es joven, quiere salir con sus amigos el fin de semana, quiere que sus padres lo entiendan y que le den permiso. Todo el mundo quiere que los demás entiendan su dolor, su historia, lo que ya pasó. Solo que hay un problema, la verdad es que nadie logra comprender al otro completamente.

El ser humano no tiene la capacidad y los recursos para entender completamente a otro ser humano. Porque, para que usted entienda, plenamente, a otra persona, debe entender su infancia, cómo eran sus padres, saber entender las experiencias por las que pasó. Debe estar en su piel. A veces, ni la propia persona se entiende y paga a un psicólogo por años para que la ayude a entenderse. Entonces, ¿cómo otra persona podría entenderla?

No sirve de nada que quiera que las personas lo entiendan, victimizándose, «apoyando» su dolor, siendo el protagonista sufridor del drama que usted mismo creó para su historia. Eso es un desperdicio de energía y de amistades, porque usted pretende que todo el mundo lo entienda, es insoportable. Nadie lo aguanta. Por eso, usted destruye relaciones. Usted dice: «Nadie me entiende, por eso me aíslo». La verdad es que nadie lo entenderá.

Entonces, ¿qué debe hacer? En lugar de intentar ser entendido, debe comprender que, en realidad, usted quiere un pase libre para ser malcriado, perezoso, para no ir a trabajar, un pase libre para que usted haga lo que quiera.

De esta manera, debe preocuparse menos por la opinión de los demás. Ni siempre nosotros mismos nos entendemos. Solo una persona nos entiende de verdad: Dios. El salmista dijo: «Oh Señor, Tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos», Salmos 139:1-2.

Usted debe buscar a ese Dios, que sabe lo que dirá. Fue Él el que lo creó. Si usted quiere ser entendido, debe buscar a su Creador. Porque Él entenderá todo de usted y le revelará de a poco lo que necesita saber a su respecto. Y mejor: le dará una buena dosis de comprensión hacia otras personas. Porque, cuando usted entiende que nadie entiende a nadie, entenderá que debe tener compasión, buenos ojos hacia otras personas, no debe juzgar a los demás, porque no sabemos lo que están pasando, de dónde vienen y el motivo por el cual hacen lo que hacen.

Por lo tanto, Dios lo ayudará a cambiar, a ser una persona más madura en todo lo que usted hace. Vea este mensaje completo.