El hombre y la mujer están relacionados con el pozo en varios pasajes bíblicos, y uno de los aprendizajes de esta lección es que los roles de ambos estaban bien delineados y definidos.

El rol del hombre era encontrar agua, cavar el pozo, construirlo y protegerlo, porque la vida de su familia y de su comunidad dependía de ese pozo. Ese era su trabajo. El trabajo de la mujer era ir hasta el pozo, sacar el agua y llevarla a casa.

Dos roles diferentes en los que no había resentimiento ni disputa. «¿Por qué tú no sacas el agua?»; «¿Por qué tú no cavas el pozo?»; «¿Por qué yo tengo que cuidar el pozo?». No existía ese conflicto de roles como ocurre hoy en tantos matrimonios.

Entonces, necesitas aprender que dentro del matrimonio los roles deben estar bien definidos. En algún momento, uno necesitará ayudar al otro, pero nunca debe haber resentimiento ni disputa. Simplemente habrá un trabajo en conjunto. Eso es el matrimonio: saber cuál es el rol de cada uno.

La mujer es una auxiliadora, y no hay nada de inferior en ello. Ser auxiliar tiene un gran valor, porque el Espíritu Santo es el Auxiliador y eso no lo hace inferior a nosotros. La persona que debe auxiliar está ahí para apoyar a la otra, lo que no significa que sea menor. Si el Espíritu Santo es el Auxiliador, la mujer representa al Espíritu Santo en la vida del esposo. Ser auxiliar no le quita valor a la mujer, sino que la hace aún más valiosa.

Durante muchos siglos esto nunca fue un tema de debate, porque ni el hombre ni la mujer lo cuestionaban; era algo natural. Hoy en día, esto es un problema porque las personas están bebiendo de otras fuentes. Y no me refiero al agua.

Cada pareja debe decidir el papel de cada uno. Hay matrimonios en los que el hombre cocina mucho mejor que la mujer y es muy feliz ocupándose de la cocina, mientras ella se encarga de las finanzas. No hay ningún problema en ello. El problema es que ella lo menosprecie porque él está en la cocina, o que él se sienta disminuido porque ella gana más dinero que él.

Por lo tanto, debes encajar en tu papel. Si todo es de ustedes, ¿qué importa quién gana más? Pero para algunos esto es un problema, porque hoy en día las fuentes dicen: «mi dinero, tu dinero». Todo está separado porque nunca se convirtieron en uno. Y así pasan sed, hambre y dificultades, porque están bebiendo de fuentes contaminadas.

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