«Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.» 2 Corintios 3:18

¿Es como Moisés, cuando su rostro reflejaba la luz de Dios en el monte Sinaí (Éxodo 34:29)?

¿Su rostro refleja tristeza? ¿Un cansancio? ¿Una apariencia de que está bien, pero, en el fondo, está mal?

Vea el mensaje completo en este video de 5 minutos y reflexione al respecto.