Las Sagradas Escrituras declaran en Romanos 3:10 que no existe una persona absolutamente justa en este mundo. Todos somos injustos, incluso sin quererlo, porque esto es parte de nuestra naturaleza pecaminosa. Y por mucho que quiera hacer lo correcto, inevitablemente termina cometiendo injusticias. Ante esta realidad, hay dos cosas que debe considerar:

1. Sufrirá injusticias: Es fundamental entender que vivimos en un mundo donde nadie es completamente justo. Está sujeto a sufrir injusticias en casa, por parte de las personas que lo aman, en la escuela, en el trabajo, en el barrio e incluso en la iglesia, porque la iglesia está formada por personas fallas. No importa dónde esté, tener esta conciencia es fundamental para no acumular odio, enojo, deseos de venganza o intención de hacer justicia con las propias manos.
2. Si todos somos injustos ¿cómo entraremos al Cielo?: Comience a practicar el perdón y a creer en el único Justo que vivió en esta Tierra: Jesús. Si pone su fe en Él, será librado de todas sus injusticias, recibirá el perdón de Dios y entrará a donde no hay injusticia. Sin embargo, no basta simplemente conocer las Palabras del Señor Jesús; es necesario vivirlas activamente.

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