La Iglesia Universal invierte profundamente en las almas, este es el verdadero secreto. No medimos esfuerzos para buscar al que está perdido, siguiendo el ejemplo del Buen Pastor, citado por Jesús, que deja las 99 ovejas para buscar a la que está perdida.

No somos perfectos, pero cumplimos nuestro llamado: alcanzar a los que sufren y cuidar de la Salvación de las almas. Más importante que la prosperidad o la sanidad, nuestra prioridad es que el alma esté salva.

¿Cómo se lleva a cabo la Salvación del alma?

Para que el alma sea salva, la persona necesita entregarla al Señor Jesús. Es por lo que llamamos a las personas delante del Altar, el lugar de sacrificio y entrega total. Hay Salvación cuando usted Le entrega su alma a Dios. Él ya pagó por nuestra Salvación con el sacrificio de Jesús, pero solo recibe a quien Le entrega su vida por completo.

Segundo secreto: La importancia de DAR

Otro secreto esencial que el Obispo Macedo ha enseñado es DAR. La iglesia existe para dar lo que recibió de Dios. El que experimenta la Salvación, naturalmente, desea compartirla.

La Universal no creció por la capacidad humana, sino por la acción del Espíritu Santo. Muchos estudios intentan explicar el éxito a través de estrategias humanas, pero el crecimiento es sobrenatural por la entrega y obediencia al Espíritu Santo.

¿Quiénes son las personas de la Iglesia Universal?

En su mayoría, son personas comunes y sufridas que buscaron la Iglesia Universal luego de intentar de todo, sin obtener resultados. Muchas llegan con prejuicio, pero aquí encuentran hospitalidad y transformación.

Jesús también fue criticado por estar con pecadores, sufridos y no con los de la élite. La Iglesia Universal sigue ese ejemplo, va a donde pocos quieren ir: a las cárceles, a los hospitales, a las calles, llevándoles esperanza y Salvación a las personas.

El poder de la entrega y de la generosidad

El Obispo Macedo siempre enseñó sobre la generosidad como estilo de vida.

Jesús dijo: «… Más bienaventurado es dar que recibir», Hechos 20:35.

Practique esta verdad en su día a día:

• En el transporte público, cédale el asiento al adulto mayor.
• En el trabajo, dé su mejor, ayude a sus compañeros, comparta conocimientos sin miedo.
• Viva sin miedo de perder, creyendo que Dios suple las necesidades.

El resultado de la generosidad

El que da es porque tiene algo precioso para ofrecer. El que recibe es porque necesita. Decida ser el que da, porque Dios recompensa generosamente a los que son generosos.

Incluso José, quien estuvo la prisión injustamente, servía con excelencia y generosidad. Dios recompensó su entrega, así como hace con todos los que viven según ese principio.

¿Por qué revelo el secreto?

No escondemos el secreto de la Iglesia Universal porque sabemos que pocos tienen la valentía de seguirlo. Si todas las iglesias vivieran esta entrega genuina, el Evangelio transformaría el mundo aún más rápido.

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