EL REINO DE DIOS QUIZÁS NO SEA LO QUE IMAGINA
Mucha gente piensa que es solo un lugar hacia donde vamos después de la muerte. Otros creen que es algo político. Pero, según el Señor Jesús, el Reino de Dios es cuando Su voluntad se realiza en nuestra vida, aquí y ahora
Muchos ven el Reino de Dios como un destino después de la muerte o un gobierno terrenal. Pero Jesús enseñó algo mucho más grande: el Reino de Dios comienza dentro de nosotros y se manifiesta en esta vida.
Un Reino Espiritual, no político
Cuando vivió entre nosotros Jesús proclamaba: “El Reino de Dios ha llegado a vosotros”. En un tiempo en el que el pueblo esperaba la restauración política de Israel, Él reveló que el verdadero Reino no era un territorio en el mapa, sino una transformación interior que se esparce por el mundo.
Jesús dejó claro: “Mi Reino no es de este mundo”. El Reino de Dios no es político ni geográfico. Es espiritual — es Dios gobernando su vida, siendo prioridad en sus pensamientos, decisiones y actitudes.
El Reino de Dios transforma por dentro
Jesús comparó el Reino de Dios con la levadura que leuda toda la masa (Mateo 13:33). La levadura es invisible, pero transforma todo. Así es el Reino: comienza de forma discreta, pero, poco a poco cambia nuestro carácter, visión y prioridades.
Los ciudadanos del Reino de Dios se destacan
Así como un extranjero se destaca en otro país, quien pertenece al Reino de Dios se diferencia por la manera de vivir. Las personas notan algo nuevo — una manera diferente de hablar, actuar y de ver la vida. Es el Reino manifestándose a través de usted.
Al rendirnos a ese Reino, recuperamos la imagen y semejanza de Dios perdida por el pecado. Nos convertimos en espejos que reflejan el Padre al mundo.
Por eso, la oración enseñada por Jesús tiene tanto sentido: “Venga Tu Reino, sea hecha Tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo” (Mateo 6:10).
La decisión más grande de la vida
Estar en el Reino de Dios es renunciar al control de la propia vida y dejar que Dios le conduzca. Es vivir con justicia, misericordia y propósito como si Jesús estuviera aquí — y Él está, a través de ti.
Así, el Reino de Dios no es solo una promesa futura. Es una realidad presente, accesible ahora para todos los que creen. Ser ciudadano de ese Reino es la decisión mas grande que usted puede tomar — y comienza hoy, en su corazón.
Escuche el mensaje completo en el siguiente video.
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