thumb do blog Renato Cardoso
thumb do blog Renato Cardoso

EL PRINCIPIO INESPERADO DE LA FELICIDAD

Descubra la paradoja de la vida que nos enseñó el Señor Jesús. Ponga en práctica esa enseñanza y ¡experimente la verdadera felicidad!

Jesucristo reveló un principio sorprendente sobre la vida: cuanto más centrado esté en sí mismo, más infeliz se vuelve. Pero, por el contrario, cuanto más se dedica a ayudar a los demás, sirviendo, bendiciendo y siendo una influencia positiva, más feliz se siente. Ese es el gran paradigma de la verdadera felicidad — y desafía la lógica humana.

Por supuesto que hay momentos en los que debemos cuidarnos. No se trata de egoísmo, sino de mantener el enfoque en nuestro propio camino sin perdernos comparándonos con otros. Sin embargo, la verdadera infelicidad nace cuando la vida gira únicamente en torno al propio bienestar, cueste lo que cueste.

La enseñanza de Jesús: amar incluso a los enemigos

Jesús enseñó algo radical: «… amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio…». (Lucas 6:35)

Esa actitud puede parecer absurda a primera vista. ¿Amar a un enemigo? ¿Por qué haría eso? Muchos piensan que este mandamiento es sobre el otro, pero en realidad, se trata de usted. Cuando usted ama a quien le ha hecho daño, neutralizas el veneno de la ira, del odio y de la venganza que quiere dominar su corazón. Se libera.

Al hacer el bien, incluso a quien no lo merece, usted se llena del propio bien. Aunque el otro no lo retribuya, el beneficio ya es suyo: paz interior, conciencia limpia y ligereza en el alma.

Dar es recibir: un contrapeso a la lógica humana

Jesús también dijo: «Dad, y os será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro regazo». (Lucas 6:38)

El mundo dice: «Acumula», «Retén», «Piensa primero en ti». Pero el Reino de Dios enseña: «Da, comparte, sirve». Mientras muchos viven en función de lo que pueden obtener de los demás, Jesús nos invita a vivir en función de lo que podemos ofrecer.

Esta nueva forma de vivir — pensando en el prójimo — parece una locura para muchos. «¿Me volveré tonto?», «¿las personas se aprovecharán de mí?», piensan algunos. Pero la verdad es que ese es el camino de la felicidad que Jesús prometió. Hacer el bien transforma, primero, a quien lo hace.

Hacer el bien hace bien

Puede parecer obvio, pero en tiempos de egoísmo disfrazado de «libertad personal», necesitamos recordar: hacer el bien hace bien. Cuando usted ayuda a alguien, aunque nadie lo aplauda, su alma se llena de paz y alegría. Duerme mejor, vive con más ligereza y camina con propósito.

Por otro lado, quien vive solo en función de sí mismo, tratando siempre de sacar ventaja, carga con un peso invisible. Lleva a la cama pensamientos agitados, ira, resentimientos, deseos de venganza. Eso genera estrés, ansiedad e incluso enfermedades físicas que los medicamentos no curan — porque la raíz está en el alma.

Una nueva filosofía de vida

Usted puede elegir vivir de una manera diferente. Comience en casa: en lugar de esperar a ser servido, sirva. Observe qué necesita su madre, su padre, su cónyuge o su hermano. Lave los platos antes de que se lo pidan. Sorprenda con actitudes que demuestren amor, no para recibir elogios, sino porque ahora vive con un nuevo propósito.

En el trabajo, sea el colaborador que aporta más allá de lo mínimo, que impacta el ambiente con responsabilidad y positividad. Viva como quien ha entendido que la felicidad no está en recibir, sino en dar — sin esperar nada a cambio.

El secreto revelado por Jesús

Esta no es una simple filosofía motivacional. Es un principio espiritual revelado por Jesús. Él garantizó que quien viva así será recompensado. Y no se trata solo de una recompensa futura, sino de una transformación interior inmediata.

Al cambiar el enfoque de «¿qué puedo ganar?» por «¿qué puedo ofrecer?», encontrará un nuevo nivel de alegría. Y se dará cuenta, con sorpresa, de que ha pasado mucho tiempo intentando ser feliz a su manera, cuando la verdadera felicidad estaba en vivir como Jesús enseñó.

Vea este mensaje completo en el siguiente video.

imagem do author
Colaborador

Obispo Renato Cardoso