El peor vicio
Existe un vicio del cual ningún hombre está libre, que causa repugnancia cuando es notado en los otros, pero del cual, con excepción de los cristianos, nadie se encuentra culpable.
Ya oí a quien admitiese ser malhumorado, o no ser capaz de resistirse a una mujer o a la bebida, o incluso ser cobarde. Pero creo que nunca oí a un no-cristiano acusarse de ese vicio. Al mismo tiempo, es rarísimo encontrar a un no-cristiano que tolere ese vicio en las otras personas.
No existe ningún otro defecto que vuelva a alguien tan impopular, y aún así no existe un defecto más difícil de ser detectado en nosotros mismos. Cuanto más lo tenemos, menos nos gusta verlo en los demás.
El vicio del que estoy hablando es el orgullo ola presunción. La virtud opuesta a él, en la moral cristiana, es llamada de humildad. Usted debe acordarse de que, cuando hablábamos sobre la moralidad sexual, advertí que no era ella el centro de la moral cristiana. Bueno, ahora llegamos al centro. De acuerdo con los maestros cristianos, el vicio fundamental, el mal supremo, es el orgullo. El libertinaje, la ira, la codicia, la borrachera y todo lo demás son niñerías comparadas con él. Y fue a causa del orgullo que el diablo se transformó en lo que es. El orgullo lleva a todos los otros vicios; es el estado mental más opuesto a Dios que existe.
— C. S. Lewis, Cristianismo Puro y Simple. Capítulo 8
Este es un libro que aconsejo leer a todos los cristianos y a todas las personas que quieren volverse cristianas. CS Lewis proporciona argumentos inteligentes que sirven de base sólida para la fe. Yo no acostumbro a recomendar libros con mucha frecuencia. Pero este es imperdible.
Usted me lo va a agradecer más tarde.
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