Una de las escenas más tristes que usted verá será la de un padre o la de una madre enterrando a un hijo. Usted ya habrá visto esto o, quién sabe, tal vez ya pasó por esto. Este dolor se multiplica cuando es el único hijo. A usted no le gustaría que nadie pasara por eso. Pero fue exactamente lo que Dios hizo por usted y por mí.

El versículo más conocido de la Biblia y el que tiene la importancia de resumirla dice: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga Vida Eterna», Juan 3:16.

Dios fue capaz de hacer eso con Su Único Hijo, llevándolo al sacrificio de la cruz, no porque haya querido castigarlo, sino porque quiso darnos a nosotros una salida para que no pereciéramos en el fuego del infierno (un lugar que solo no fue creado para el ser humano, sino para el diablo). Lo peor que ocurre en ese lugar no es el fuego, sino la total ausencia de Dios. Si usted imagina la oscuridad como ausencia total de luz, puede tener una vaga visión de todo lo que es el infierno.

Pensemos en este mundo. Muchos dicen: «Este es el mismo infierno». Pero, en realidad, estas personas no saben que, a pesar del estado en el que se encuentra el mundo, el Espíritu de Dios aún sigue aquí y actúa mediante los que son Suyos. Aunque la mayoría en este mundo Lo rechace, Él está aquí. Habrá un momento en el que los salvos serán retirados de la Tierra para ser protegidos, en un episodio conocido como «arrebatamiento». En el inicio de la «Gran Tribulación», el Espíritu Santo será retirado del mundo. Y este mundo se convertirá en la «sala de espera» del infierno. Porque este mundo será un gran caos. Entonces los hombres serán dejados a sus propios placeres. Todos los que se resisten a los mensajes de Dios se quedarán aquí para probar esa decisión.

Como aún estará el conocimiento que les fue transmitido a muchos (en la iglesia, en los mensajes, en los versículos grabados en la cabeza), los pocos que tendrán la valentía de asumir la fe dirán: «Todo lo que escuché era verdad»; «Todo lo que mis padres decían era verdad»; «Lo que leí en la Biblia era verdad»; «Lo que escuché en la iglesia era verdad». Serán pocos, porque el Espíritu Santo ya no estará en la Tierra y Él es el que conduce al arrepentimiento. Serán pocos los que se arrepentirán a causa de la Palabra y deberán pagar con la vida, porque los cristianos no serán aceptados en la «Gran Tribulación».
Le estoy diciendo esto para que entienda por qué Dios entregó a Su único Hijo. Fue para que cualquier persona pudiera creer, entregarle su vida y asumir la fe; para que las personas no perecieran y tuvieran la Vida Eterna. Para eso Dios entregó a Su Hijo. Yo se lo estoy anunciando. Y espero que el Espíritu Santo, quien me motivó a anunciarle esta Palabra, lo motive también a usted para creer en esta y que usted asuma su fe en Él.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.