thumb do blog Renato Cardoso
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EL LADO MALO DE SER UN CRISTIANO DE INTERNET

En la actualidad, con la tecnología, muchos siguen nuestros mensajes por las redes sociales o en algún canal de Internet donde son transmitidos, no solo los nuestros, sino innumerables mensajes con contenido cristiano para que las personas escuchen, vean y consuman. Esto es muy bueno por un lado y pésimo por otro.

El lado bueno es que la Palabra de Dios con la tecnología cruza fronteras, llega a donde el pastor y la iglesia no pueden llegar, y eso es magnífico. Dios le dio al hombre sabiduría para inventar medios de comunicación para acelerar la divulgación del Evangelio. Porque una de las profecías, una de las señales conectadas al fin del mundo es que el Evangelio se predicaría en todo el mundo, a toda criatura, todos tienen la oportunidad de escuchar la Palabra y los medios de comunicación en masa lo permiten.

El lado malo de todo esto es que muchos cristianos se acomodan con el acceso a estas informaciones y abandonan la práctica de ir a la iglesia, que es parte de la fe cristiana. Incluso la Biblia dice que, cuanto más nos acercamos al fin de los tiempos, más debemos incrementar nuestra participación presencial en la iglesia.

«Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.» Hebreos 10:24-25

Como cristianos, debemos estimularnos los unos a los otros a la práctica de la Palabra de Dios. Este estímulo viene de esta interacción. Cuando usted ve a un compañero, a un hermano de la fe, ser ejemplo, usted quiere ser ejemplo también.

¿Por qué muchos quieren llamar a sus amigos para ver los juegos de Brasil en casa? Porque la presencia de los amigos en ese momento es diferente. Disfrutar algo con otras personas tiene un valor diferente. ¿Cuál es la gracia de gritar gol solo en casa? Ninguna.

Esta interacción con otras personas estimula. Las personas entienden eso sobre el fútbol, sobre la facultad, la escuela, sobre muchas otras áreas, pero tratándose de la iglesia, en lo que respecta a la fe, la persona dice: «No fui a la reunión, pero participé por YouTube». Una cosa es que la persona participe de la reunión por Internet porque está imposibilitada de ir a la iglesia por alguna razón, otra es que tenga condiciones de ir presencialmente y optar por participar de manera online. Bien, usted está dejando que una cosa buena sea mala para usted.

Dios escucha las oraciones y está en todos lados, pero Él estableció la casa de oración para todos los pueblos. Dios creó la iglesia para que las personas vayan y se fortalezcan unas a otras.

El ser humano aprende visualmente, aprende al escuchar, al ver y al hacer también. Hay una forma de enseñanza denominada sinestésica. Todas nuestras facultades se involucran en este aprendizaje y la iglesia es la única que le ofrece eso al cristiano.

Porque allí usted se enfoca en la Palabra, tiene la oportunidad de salir de su asiento e ir al frente del Altar, está en el calor con los demás hermanos buscando a Dios con intensidad. Es allí donde el Espíritu Santo usa al pastor de acuerdo con el que está presente.

¿Sabía que innumerables veces nosotros, los pastores, preparamos un mensaje y, cuando subimos al Altar, Dios cambia el mensaje? Nosotros queremos predicar una cosa y, de pronto, hablamos otra.

¿Por qué cambia? Porque Dios usa a Su siervo de acuerdo con los que están allí. Su iglesia puede cambiar el mensaje del pastor. Por eso, vea cómo Dios honra la unión de las personas. Incluso fue Jesús el que dijo: «Porque donde están dos o tres congregados en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos.», Mateo 18:20.

Aquí, Él quiso reforzar que honrará de una manera especial a las personas que se reúnen a causa de Él.

Si usted dejó el hábito de congregarse, no caiga en esa trampa del diablo, no caiga en el cuento de los «antiglesias», que no van a la iglesia y quieren sacar a los que van. No caiga en eso, valore su fe. Y no se olvide: mientras más nos acercamos a esos días, más debemos incrementar nuestra asistencia a la casa de Dios.