Cada primer día del mes es el día QHJ. Son las iniciales de la frase: «¿Qué haría Jesús?». Este movimiento tiene el objetivo principal de llevar a las personas a preguntarse: «¿Qué haría Jesús en esta situación?» y, a través de la búsqueda sincera por la respuesta, que las personas encuentren la mejor forma de actuar. Se realiza cada primer día del mes, para que Lo pongamos en primer lugar.

¿Y cómo sabré lo que Jesús haría con relación a mi hijo, a mi vida económica? ¿Vio cuando conoce tan bien a una persona de tanto convivir, y, cuando se encuentra en una determinada situación se acuerda de ella? Usted dice: «Si Fulano estuviera aquí, él haría esto, lo otro». ¿Qué le hizo recordar a Fulano? Fue la intimidad que tiene con él. Lo conoce tan bien que lograría prever lo que haría en esa situación. No es diferente con el Señor Jesús.

Para saber lo que Jesús haría, es necesario que usted sea íntimo de Él. Un excelente comienzo es leer Sus palabras. Familiarícese con los pensamientos del Señor Jesús en los Evangelios, que son cuatro libros, son cuatro testimonios diferentes que conversan entre sí y testifican a Jesús.

En primer lugar, comience a hacer un hábito en su vida la lectura y meditación de los Evangelios. No puede «comer» las palabras del Señor Jesús como el que come un sánguche hambriento. Si realmente quiere conocerlo, tiene que degustar, saborear Sus palabras. Y ninguna de estas fue aleatoria, por casualidad, como para rellenar un pavo, todo tuvo un blanco cierto. Y, muchas veces, las personas se callaban de tan fuertes que eran Sus palabras.

Por lo tanto, comience a descubrir las palabras del Señor Jesús. El que escucha y practica lo que Él dice, permanece firme sobre la roca. Usted necesita poner esto en práctica en su vida. Mientras más practica esas palabras, la respuesta a la pregunta inicial será instintiva. Nunca más se quedará sin saber qué hacer. Nunca más dependerá de los demás para que lo guíen.

Ya que va a imitar a alguien, tiene al mejor ejemplo del mundo: el Señor Jesús. Busque tener Su Espíritu y nunca más tendrá dudas sobre lo que debe hacer. Lea los Evangelios, ore y pregúntele, porque Él es una persona que le enseñará y lo moldeará. El Espíritu del Señor Jesús nunca le dejará sin una respuesta.

A partir de hoy comience a preguntarse: ¿Qué haría Jesús en mi lugar?

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