Nosotros también pasamos días difíciles en la vida. La Biblia habla del día malo, el día de la angustia. Dios dijo: «E invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú Me honrarás» Salmos 50:15. ¡Observe qué promesa maravillosa!

Usted que está viviendo su día de angustia o los peores días de su vida, con los siguientes problemas:

• • En la familia (parientes, hijos, marido, esposa).
  • En su casa (donde supuestamente debería tener paz).
  • Con compromisos que no puede pagar (y lo mata por dentro el hecho de no poder cumplir con su palabra).
  • Días de enfermedades (un médico le dice una cosa y el otro le dice otra, y usted toma medicamentos).
  • Depresión, falta de ganas de salir, de enfrentar la vida y el mundo.

Preste atención, usted tiene una voz en su interior, aunque no pueda hablar, pero la voz de su conciencia está ahí, y Dios escucha sus pensamientos.

Por lo tanto, usted puede invocarlo, puede clamar. Eso es lo que debe hacer en lugar de lamentarse, de llorar y de recordar las cosas malas que le sucedieron. No importa si lo que está viviendo es horrible, invoque a Dios. Pídale fuerzas y dirección.

Finalmente, cuando su libramiento ocurra, glorifique a Dios. No haga como la mayoría de las personas, que, después de recibir el alivio de Dios, Le dan la espalda y siguen sus vidas normalmente. Después de que Dios lo libre, lo que debe hacer es mirar hacia lo Alto, levantar sus manos y agradecerle. También hágalo públicamente. Cuénteles a los que vieron su estado lamentable lo que Dios hizo en su vida. Para reflexionar más sobre este tema, vea el video completo.