Lamentablemente, muchas personas viven en constante ansiedad, estrés, preocupación, miedo y todo tipo de malos sentimientos porque se enfocan en lo que provoca y produce estos sentimientos.

¿Sabía que nuestros pensamientos y sentimientos son producidos por la información que traemos a nuestra mente y que buscamos en nuestra memoria?

Es decir, usted no piensa algo de la nada. El pensamiento ya estaba en su interior, en alguna memoria, en algo que usted está viviendo. O proviene de alguna información, alguna noticia que consumió, alguien que le dijo algo y así sucesivamente.

Lo mismo sucede con los sueños. La propia Biblia dice que soñar viene de mucho preocuparse (Eclesiastés 5:3). Entonces, si está ansioso o preocupado, es probable que tenga algunos sueños mezclados con un poco de lo que está viviendo.

Lleno de conocimiento. ¿Será así?

La primera batalla que todos tenemos que vencer es contra nuestro propio yo. Para eso tiene que observar qué tipo de información trae a su mente.

El profeta Jeremías decidía traer a su mente solo lo que le daba esperanza (Lamentaciones 3:21). Es decir, no quiero traer a mi mente lo que me desespera, lo que me abate, lo que me entristece. Quiero traer a mi mente lo que me da esperanza, lo que me impulsa, lo que me hace creer en un mañana mejor, etc. Pablo dijo algo semejante:

«… pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y este crucificado». 1 Corintios 2:2

Pablo era un hombre con un gran bagaje de conocimientos, un hombre instruido, no solo en relación con las Sagradas Escrituras, sino también sobre los escritores y poetas de la época.

Pero cuando conoció al Señor Jesús, concluyó que todo su bagaje de conocimiento humano era basura en comparación al conocimiento de Cristo. Por eso él, en otras palabras, le dijo al pueblo de la iglesia de Corinto: Podría hablar de muchos temas, pero solo me limitaré a lo que es realmente importante para ustedes.

Y esta es una actitud muy sabia, limitarse a lo que realmente importa. Las personas gastan mucho tiempo en las redes sociales, deslizando infinitamente la pantalla y viendo información que no las ayuda en nada. Si toma las últimas noticias, las licua e intenta sacar algo bueno, no saldrá nada. Solo violencia, sangre, fake news, cosas maliciosas, injustas. Dependiendo del que lo haya dicho, no saldrá nada bueno, solo ansiedad, preocupación, chisme, miedo.

Ese es el jugo que sale de la licuadora de cualquier canal de noticias. Pero la Palabra de Dios es diferente, es exactamente lo opuesto. En cualquier momento que abra la Palabra de Dios encontrará una palabra de esperanza.

¿Qué hacer?

Pablo también dijo:

«… El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Si alguno cree que sabe algo, no ha aprendido todavía como lo debe saber…». 1 Corintios 8:1-2

¿Ya se ha sentido hinchado? Siente un malestar, necesita hacerse una desintoxicación, revisar su alimentación, quitar las toxinas de su cuerpo para volver a la normalidad. Si eso es malo para su cuerpo, ¿se imagina tener la mente hinchada? De conocimiento inútil, hinchado de ansiedad, de preocupación, de malas noticias, de mentiras, de chisme, de todo lo que no sirve.

Lo que Pablo quiere decir es que, en lugar de conocimiento o información, practiquemos el bien. Porque solo saber una información, como ahora que estoy hablando con usted, y no ponerla en práctica, no sirve de nada. Va a sentirse hinchado.