Hay dos tipos de personas a las que Jesús admiró. Que el Señor Jesús admire ya es mucho, porque Él es Dios. Y si Dios admira algo, usted debe prestar atención lo que Él admira.

Un tipo de persona fue el centurión, un soldado romano responsable por cien soldados. Al ser romano no tenía un legado judío, no tenía la historia de Israel que el pueblo judío tenía. Pero, aun así, él escuchó hablar del Señor Jesús. El centurión tenía un siervo enfermo y habló con el Señor Jesús, que le dijo que iría a su casa para curar al siervo. Sin embargo, el centurión no se sintió digno de que el Señor Jesús fuera a su casa y Le pidió que dijera una palabra, porque reconocía el poder de una autoridad. Así que el Señor Se admiró de la fe de ese hombre, porque fue una fe inteligente, que razonó.

Primero, seguramente el Señor Jesús admiró la humildad de ese hombre, y en segundo lugar admiró su fe. La inteligencia de ese hombre hizo que su fe sea superior a la de todos los religiosos de Israel. Vea qué tipo de fe es la que Le agrada a Dios. Lo que no faltaba en Israel era la religiosidad y el Señor no Se admiró de la religiosidad de esas personas.

La fe que agrada a Dios no es religiosa. «Voy a mantener un ritual, voy a mantener un hábito religioso. Me voy a poner esa ropa. Me voy a levantar en un determinado horario para trabajar en algún ritual religioso para impresionar a Dios». Eso no impresiona al Señor Jesús, eso es teatro religioso. Dios está mucho más preocupado por el interior que por el exterior.

Si usted piensa, la fe es cuestión de inteligencia. Muchos creen que la fe y la ciencia son enemigas, al contrario: la persona que tiene fe es inteligente. Es cuestión de inteligencia que usted concluya de que hay algo superior a usted en este mundo, que no es fruto de una explosión casual. ¿Usted realmente cree que los elementos químicos, de la nada, debido a una explosión, que ni siquiera sabe de dónde provino, se juntaron luego de esa explosión y surgió la creación? Ahora le pregunto: ¿Cuándo fue la última vez que vio a alguien poner una bomba en un edificio y, después de que explotó, surgiera un edificio nuevo?

El segundo tipo de persona está en Marcos 6:6. El Señor Jesús fue al lugar donde Lo vieron crecer. Pero Sus conterráneos, no creyeron en Él y Se sorprendió de la incredulidad de ellos.

Por lo tanto, los dos tipos de personas de las que el Señor Jesús Se admira son: las que tienen una fe inteligente y las que son incrédulas. Los incrédulos provocan asombro en Dios. Y qué fin tendrán luego de que pasen por esta vida, y cuando abran los ojos en la eternidad, vean que todo lo que negaron en esta tierra era verdad. Los que se asombrarán son ellos. Escuche el mensaje completo del video.