DIOS PERDONA, PERO LA PUERTA SE CERRARÁ EN BREVE
No deje para mañana lo que Dios lo llama a hacer hoy. Su misericordia es infinita, pero el tiempo es limitado. La puerta de la Salvación no estará abierta para siempre
La mayor alegría de Dios es perdonar. Él Se alegra profundamente cuando un pecador se arrepiente con sinceridad y busca el perdón. Jesús dijo que hay fiesta en el Cielo por un solo pecador que se vuelve hacia Dios (Lucas 15:7). Esto revela el carácter de nuestro Dios: Él es grandioso y rico en perdonar.
El tiempo de la salvación es ahora
Pero hay una advertencia clara en las Escrituras:
«Buscad al Señor mientras puede ser hallado» (Isaías 55:6).
La oportunidad de Salvación es limitada. El momento para buscar a Dios es ahora, mientras aún hay oportunidad. Después de la muerte, ya no habrá tiempo para el arrepentimiento.
Dios perdona, pero exige arrepentimiento
El versículo siguiente refuerza:
«Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de Él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar» (Isaías 55:7).
Dios perdona incluso al peor de los pecadores — pero el arrepentimiento debe ser real. No basta con una petición superficial. Es necesario abandonar el pecado y cambiar de vida.
Muchos quieren ser perdonados, pero no están dispuestos a perdonar. Juzgan con dureza, pero exigen misericordia cuando ellos son los culpables. Esa incoherencia revela el orgullo humano. Dios, en cambio, nos invita al arrepentimiento sincero y a una conversión verdadera.
Abandone los caminos y malos pensamientos
Si desea el perdón de Dios, debe abandonar los caminos equivocados: prostitución, vicios, mentiras, odio, malicia o cualquier práctica contraria a Su Voluntad. Tal vez usted se haya apartado de la iglesia, herido por alguien o por sus propias decisiones. Y entonces comenzó a criticar la obra de Dios, perjudicándose no solo a sí mismo, sino también apartando a otros de la fe.
Eso tiene consecuencias. Cuando abrimos la puerta al mal, la vida comienza a desmoronarse y pueden aparecer enfermedades, pérdidas, angustia e incluso pensamientos de muerte. Pero eso no es un castigo de Dios — es el resultado de haberse alejado de Él.
El arrepentimiento exige actitud
Por eso, no solo cambie sus caminos, sino también sus pensamientos. Libérese del rencor, del orgullo, del resentimiento. Volverse a Dios exige acción. La conversión es un cambio de dirección. Implica actitudes como orar, volver a la comunión, perdonar, borrar errores del pasado, reparar el daño causado.
Zaqueo es un ejemplo (Lucas 19:8): él no solo se arrepintió, sino que decidió devolver cuatro veces lo que había robado. El arrepentimiento verdadero da fruto visible. Si usted pecó públicamente, pida perdón públicamente. Si hirió a alguien, acérquese a esa persona. Dios ve cada gesto de humildad.
Aún hay esperanza para usted
Él promete que «tendrá misericordia».
Por lo tanto, aún hay perdón, aún hay esperanza. Mientras haya arrepentimiento sincero, habrá misericordia. Vuélvase a Dios hoy. Su perdón es más grande que todos sus pecados.
Aproveche esta oportunidad antes de que la puerta se cierre — y reciba la paz que solo Dios puede dar.
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