La Fe es ver la mano de Dios aun cuando todo parece salir mal. Hacer el mal es fácil. El mundo parece abrir el camino para eso. Sin embargo, cuando decides hacer el bien, andar en la justicia y obedecer la Palabra, las dificultades aparecen. Entonces surgen obstáculos, resistencias e incluso pensamientos de desistir.

Por eso, el justo debe estar preparado. Debe reaccionar con determinación y mantener la mente firme en Dios. Así, aun cuando todo parezca contrario, se apoya en el Justo Juez y encuentra fuerza para permanecer limpio en un mundo que insiste en corromperse.

Dios responde de maneras inesperadas

El ejemplo de George Müller lo muestra claramente. Cuando decidió servir a Dios, fue convocado para la guerra. Pidió ser eximido, pero sus solicitudes fueron negadas. En lugar de quejarse, oró y confió. Entonces, Dios respondió de una forma que jamás habría imaginado: Müller enfermó, quedó imposibilitado de luchar y finalmente fue dispensado.

El Pintor Divino trabaja en silencio

Cuando Dios está obrando, no siempre logramos entender. A primera vista, parece confusión. Es como observar a un pintor frente al lienzo: mezcla colores, hace trazos aleatorios, crea contrastes que no parecen combinar. Sin embargo, a medida que el cuadro toma forma, todo comienza a tener sentido.

Así también sucede con la vida. Mientras Dios pinta, quizás no entiendas el proceso, pero necesitas confiar en el resultado. Él sabe lo que está haciendo.

«Dios aprieta, pero no ahorca»

La sabiduría popular resume bien esta verdad. Es decir, cuando algo falta, Dios amplía tu capacidad de soportar y seguir adelante. Entonces, en lugar de quejarte de las dificultades, aprende a ver en estas una oportunidad de crecimiento.

El problema no es que Dios no responda… es que tú aún no entiendes cómo Él responde.

Por lo tanto, mantén tu Fe firme. Confía en el Pintor Divino. Él está transformando los garabatos de tu vida en una obra maestra.

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