¿Debo dejar a mi marido/esposa?
Primeramente quiero dejar bien claro lo siguiente: su matrimonio es lo más importante que usted tiene en su vida después de su propia vida y de su relación con Dios. Por eso, ni yo ni nadie puede decidir por usted si debe o no dejar a su marido o esposa. Es un asunto extremadamente personal e individual.
Dicho esto, como recibo esta pregunta casi diariamente, quiero aclarar unos temas para que usted, que ha vivido el dilema de perseverar en el matrimonio o desistir, considere antes de tomar su decisión, sea cual sea la misma:
- ¿Su vida o la de sus hijos está en riesgo a causa del comportamiento de su cónyuge? ¿Hay violencia, agresión, crímenes, etc? No necesita ni terminar de leer este post. Junte todas sus fuerzas ahora y, con prudencia, salga de ese matrimonio lo más rápido posible. Es su obligación y responsabilidad para con sus hijos y consigo misma(o). Si él o ella va a cambiar en el futuro, es otra historia. Lo importante ahora es garantizar su seguridad y la de sus hijos.
- Todos los divorcios, sin excepción, ocurren porque la pareja no logró resolver los problemas que atentaban contra su relación. No porque los problemas en sí eran imposibles de ser resueltos, sino porque los involucrados no sabían cómo o no tenían fuerza de voluntad para hacerlo. Normalmente es porque no sabían cómo. Por eso usted debe invertir en la reeducación sentimental para aprender cómo resolver los problemas típicos de relación. Otras parejas ya pasaron problemas iguales o peores que usted y vencieron. Usted puede aprender cómo resolver los suyos.
- No sólo su cónyuge tiene que cambiar, sino usted también. Las parejas se frustran porque uno se estresa y se enoja tanto con lo que hace el otro que se olvida de mirar para sí mismo. Debe focalizar en su propio comportamiento, no en de él o ella. Usted sólo puede cambiarse a sí mismo. Por lo tanto, deje de presionar reclamando cambios en la otra persona. Enfoque sus energías en mejorar como marido o esposa, y como persona.
- ¿Su cónyuge reconoce que necesita cambiar? ¿Él(a) se ha esforzado para lograrlo? Entonces dele espacio y tiempo para cambiar. Si él(a) quiere cambiar pero no lo logra, sugiérale que busque la ayuda de personas competentes – consejeros conyugales, algún familiar más maduro a quien él(a) respeta, u otra ayuda profesional específica.
- ¿Usted ya buscó la ayuda de Dios para su matrimonio? No hablo de una simple oración, sino una lucha verdadera contra el mal en ustedes. Muchos problemas conyugales tienen un fondo espiritual y sólo pueden ser vencidos con el auxilio de la fe. Converse con su pastor.
- Si su cónyuge no reconoce que necesita cambiar, primero vea si usted ya hizo su parte (vea todos los números del 2 al 5).
- Si después de hacer usted su parte, consistentemente, por un tiempo suficiente que muestre que su cambio es definitivo y verdadero, la otra persona insiste en el error y no quiere luchar por el matrimonio, entonces ahora sí usted debe comenzar a considerar seriamente si continúa o desiste.
Desistir de un matrimonio es obviamente la última opción, después de varios intentos sinceros de salvación. Pero a veces es la única salida.
En el próximo post voy a hablar sobre esta única salida y cómo saber que debe tomarse.
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