Cuestionando decisiones ya tomadas
Una de las cosas que aprendí con el obispo Macedo fue a mirar siempre adelante. Él es del tipo de persona que, si salió de casa y se olvidó algo, no vuelve para agarrarlo. Pero no sólo eso. En todas las decisiones ya tomadas, eventos pasados y hechos consumados, él logra aprender las lecciones y mirar adelante más rápido de lo que usted tomó para leer esta frase. Práctico. No pierde tiempo. No se queda lamentándose, murmurando, culpándose a sí mismo ni a otros. Ve enseguida lo que tiene que ser hecho ahora y lo hace. Y se terminó.
Instintivamente él entiende que nuestras energías deben ser enfocadas y usadas en el presente, en lo que aún podemos cambiar, y no en lo que ya está determinado.
Casi todos los días alguien me pregunta, buscando un consejo:
• Pienso que me casé con la persona equivocada, ¿debo continuar?
• Cometí muchas equivocaciones, ¿cómo vuelvo a levantarme?
• Mi novia terminó conmigo, pero todavía gusto de ella, ¿qué hago?
• Ya gasté mucho dinero en este negocio, pero no está resultando. ¿Sigo o cierro y afronto las pérdidas?
Hay decisiones que usted ya tomó – o tomaron por usted – y son irreversibles. Por eso es inútil cuestionar a cada momento lo que ya está hecho. Usted se casó y todas las veces que hay problemas se cuestiona si debe continuar en esta relación. Invirtió dinero en su negocio y cuando el teléfono no suena como lo espera se cuestiona si fue bueno haber invertido. Pecó y sigue reviviendo lo sucedido en su cabeza. Pérdida de tiempo. Desperdicio de energía.
Es mejor que usted use esa energía buscando soluciones, enfocándose en lo que puede hacer ahora para resolver el problema.
Infelizmente, la mayoría de las personas gasta la mayor parte del tiempo y de las energías lamentándose, cuestionando, culpándose a sí mismo y a los demás por su situación.
No forme parte de esa mayoría. La verdadera cuestión es:
¿Qué puede hacer usted ahora, donde está y con lo que tiene?
Olvide el resto y mire adelante.
Portugués
Inglés
Francés
Italiano
Haití
Ruso