Estudios indican que somos el promedio de los amigos que nos rodean. Es decir, si usted quiere sumar los valores y los objetivos de sus amigos, y hace un promedio, estará muy cerca de quién es usted.

Esto ya revela una sabiduría muy antigua. La Palabra de Dios nos enseña que: «Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado…», Salmos 1:1. También dice: «No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan simuladamente»,Salmos 26:4.

La persona sabia elije bien sus amistades. Usted puede decir que sus amigos no lo influencian, pero esto es ingenuidad. Solo debe observar: Cuando encuentre una ronda de amigos, observe que siempre hay uno que influencia a otros. Generalmente, esa persona es más comunicativa y los demás la escuchan. «El que habla siembra, el que escucha cosecha», en otras palabras, ella está sembrando una idea en la mente de los demás.

En la actualidad, tenemos las voces de las personas en las aplicaciones de chat y en la televisión. La Palabra de Dios dice que usted debe elegir bien con quienes se vinculará. Debe tener cuidado. Esas personas nocivas pueden estar en su familia, en su grupo de escuela o de trabajo. Las palabras dominan; generan pensamientos y emociones. Cuando una palabra entra en su mente, esta le generará algo. La Palabra tiene el poder de permanecer sembrada por años y brotar en el momento oportuno.

Por eso, debemos cuidar nuestros ojos y oídos. Tal vez usted no ha avanzado en la vida y aún no notó quienes no se lo permiten son sus amigos. Vigile sus amistades (si es que quiere avanzar en la vida). Vea el mensaje completo.