thumb do blog Renato Cardoso
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CUANDO DIOS ES APENAS UN CONTACTITO

Dios ya hizo Su parte y garantizó que nunca invalidaría la alianza. Ahora somos nosotros los que debemos hacer nuestra parte. Él espera una actitud de su parte

En Jueces 2:1, Dios hace una de las declaraciones más hermosas de la Biblia: «…Jamás quebrantaré mi pacto con vosotros…». Esta es una promesa poderosa. Dios garantiza que nunca romperá el pacto que ha establecido. Él siempre cumplirá Su parte del pacto, sin importar las circunstancias.

La alianza tiene dos partes

Sin embargo, es importante recordar que toda alianza implica dos partes. Dios cumple Su parte, pero nosotros también tenemos responsabilidades. Si queremos vivir los beneficios de esa alianza, necesitamos cumplir con nuestro lado del compromiso.

Lamentablemente, muchos se relacionan con Dios como si fuera un camino de un único sentido. Esperan recibir y se quejan cuando no obtienen lo que desean. Pero se olvidan de que la relación con Dios no es unilateral. Dios no es solo alguien que resuelve problemas; Él quiere una alianza real, viva y activa con nosotros.

Un nuevo y eterno pacto

Cuando Jesús estuvo aquí, trajo una alianza aún más poderosa que la del Antiguo Testamento. En la Santa Cena, declaró: «… porque esto es Mi sangre del nuevo pacto…» (Mateo 26:27-28). No ofreció la sangre de un animal, sino la Suya propia. Se entregó por completo, sellando un pacto definitivo.

Ese pacto revela el deseo de Dios de estar unido a nosotros. Sin embargo, también es necesario que nosotros estemos dispuestos a ir al Altar, espiritualmente hablando, para sellar ese compromiso.

El novio que espera en el Altar

Piense en el matrimonio. El novio llega primero al Altar y espera a la novia. La ceremonia solo ocurre cuando ambos están allí para declarar sus votos. Pero ¿y si la novia no aparece? No hay boda.

Así sucede con Dios. Cada día Él nos espera en el Altar. Ya ha demostrado Su amor, ya ha hecho Su parte. Pero muchos simplemente no se presentan. Dios sigue siendo dejado en el Altar, esperando a alguien dispuesto a sellar un pacto con Él.

Sin compromiso no hay alianza

Si no hay alianza, no hay compromiso. Y sin compromiso, no hay obligaciones. Muchas personas creen estar con Dios, pero en la práctica solo Lo buscan en momentos de desesperación. Viven como solteros espiritualmente. Y ser soltero en el mundo espiritual es peligroso, porque significa estar vulnerable.

En el matrimonio, el soltero se convierte en alguien unido a otro. Hay un cambio de vida, de actitudes y de prioridades. Del mismo modo, quien se une a Dios necesita dejar de vivir como alguien «libre» espiritualmente. Es necesario vivir de manera comprometida, unido a Él.

Dios no es un «contactito»

Muchos tratan a Dios como un «contactito»: alguien a quien solo buscan cuando se sienten solos, tristes o en problemas. Pero Dios no quiere ese tipo de relación. Él desea una alianza verdadera, profunda y duradera.

En el mundo físico, ya es arriesgado vivir sin compromiso. En el mundo espiritual, es aún más peligroso. La Biblia dice: «Tu Creador es tu esposo» (Isaías 54:5). Quien no tiene esa alianza con Él está expuesto, espiritualmente desprotegido.

Dios lo está esperando

Dios prometió: «…Jamás quebrantaré mi pacto con vosotros…». Él no falla. Él está en el Altar, esperando. Pero ¿y usted? ¿Ya ha sellado una alianza con Dios? ¿Está viviendo como alguien comprometido, o aún como un soltero espiritual, que busca a Dios solo como un “contactito”? Evalúe su relación y respóndase a sí mismo: ¿ha cumplido su parte en esta alianza?

Vea el mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso