Muchas personas tienen un entendimiento pobre sobre la fe, piensan que la fe es religión, costumbres que practican cuidadosamente. Piensan que toda esa apariencia religiosa es fe. Sin embargo, nada podría estar más lejos de la expectativa de Dios.

Cuando el Señor Jesús vino a este mundo, en carne y hueso, encontró uno de los pueblos más religiosos del mundo. Los mismos judíos eran extremadamente religiosos. Exteriormente mantenían costumbres e interiormente, estaban totalmente distantes de Dios.

Dios no busca teatro religioso, sino sinceridad. Jesús le dijo a la mujer samaritana: «Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que Le adoren», Juan 4:23. En espíritu, significa con la razón, con la cabeza, asociada a la fe; en verdad, significa sin hipocresía, sin teatro.

Otros piensan que la fe tiene que ver con las emociones religiosas. Estas personas acostumbran a atribuir las emociones a la fe como, por ejemplo, escuchar música góspel que les conmueve el corazón. No digo que Dios no use la música, digo que hay personas que usan las emociones provocadas por la música como fe y nada tiene que ver una cosa con la otra.

Si la fe no es una religiosidad o una emoción, ¿qué es? Es obediencia a la Palabra de Dios. No hay sentimiento, tradición ni emoción, sino una decisión. «Buscaré saber lo que Dios quiere que haga y teniendo ganas o no, lo haré», esto es fe.

«Es obedecer porque tengo la convicción de que Su Palabra no me hará mal, siempre me hará bien», esta es la fe que Dios espera de nosotros, la total confianza en Su Palabra.

Citaré un ejemplo que ilustra el conflicto emocional con la fe racional que Le agrada a Dios. En Marcos, capítulo 5, vemos la historia de un hombre que era muy religioso, era uno de los principales de la Sinagoga, su nombre era Jairo. Se postró ante el Señor Jesús y Le rogó por su hija que estaba al borde de la muerte. Ese hombre, que era religioso, en el momento que la hija estaba enferma, la religión no le sirvió, ¿y qué hizo? En la desesperación, le pidió a Jesús que ayudara a su hija.
Observe que, en la ignorancia espiritual, Jairo ya tenía un procedimiento en la mente: creía que Jesús debía ir a su casa e imponer las manos sobre su hija para que se cure. A veces, nosotros también cometemos el error de tener una «receta» para el Señor Jesús. «Este es mi pedido, esto es lo que quiero que el Señor haga, de esta manera…», un pedido específico de la manera que queremos, como si fuéramos Dios.

Vea que Jesús no siguió la receta de Jairo a pesar de su urgencia, sino que Se detuvo a ayudar a otra mujer, mientras que Jairo, afligido, pensó: «¿No habrá entendido lo urgente que es la situación de mi hija?».
Algunas personas se acercaron a Jairo y le dijeron que su hija estaba muerta. Pero Jesús le dijo: «… No temas, cree solamente», Marcos 5:36. No temas, es un sentimiento, quiere decir: no te entregues al sentimiento. Jesús siguió hasta la casa de Jairo. Él no le dijo lo que haría, solo le dijo: «no te preocupes, solo ven conmigo». ¿Puede imaginarse las emociones de un padre al recibir la noticia de que su hija está muerta? ¿Puede imaginarse el estado emocional, el corazón acelerado de ese padre? Pero, a pesar de que sintió todo eso, él siguió al Señor Jesús.

En otras palabras, Jairo podría haber dicho: «Jesús, te tardaste, ya es demasiado tarde. No entendiste mi urgencia. Puedes seguir atendiendo a los demás, yo voy a mi casa a sepultar a mi hija». Si Jairo se hubiera entregado a las emociones, habría respondido algo similar. Sin embargo, contuvo sus emociones y siguió al Señor Jesús, que hizo el milagro en su casa.

La fe no es sentimiento, no es religiosidad, sino obediencia. Jairo siguió creyendo a pesar de todo lo que sentía, veía y escuchaba. Y por seguir creyendo, vio a su hija resucitada. Fe es lo que usted hace con la Palabra de Dios.

¿Qué ha hecho al respecto con lo que Dios le ha hablado?

Vea el mensaje completo en el siguiente video y piense al respecto.