thumb do blog Renato Cardoso
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CÓMO TENER CERTEZA DE LA SALVACIÓN DE TU ALMA

Mira el mensaje en el siguiente video

Piensa y responde con sinceridad: ¿eres salvo? Esa es la pregunta más importante de la vida, porque tiene que ver con lo que es eterno en ti: tu alma.

El cuerpo envejece, se enferma y vuelve al polvo. El aliento de vida vuelve a Dios. Pero el alma es eterna. Y fue por ella que el Señor Jesús vino al mundo.

La Biblia es clara cuando menciona:

“En ningún otro hay salvación porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos”. (Hechos 4:12)

Jesús es el único que puede salvar el alma humana porque fue el único que dio Su vida por ella. Él vino no para condenar, sino para salvar a todo aquel que cree. La condenación no viene de Dios; viene de la incredulidad de la propia persona.

Por eso Él dijo: “El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado”. (Marcos 16:16)

La falta de fe, es decir, el rechazo del Evangelio es lo que separa el alma de Dios.

Pero ¿salvo de qué?

La salvación nos libra de aquello que les espera a todos los que mueren en sus pecados: la separación eterna de Dios.

En la Biblia, muerte no significa fin; significa separación. Por eso la pérdida de alguien duele tanto, porque fuimos separados de esa persona.

En Getsemaní, Jesús sintió pavor. No por el sufrimiento físico, sino por lo que estaba a punto de suceder: ser apartado del Padre y del Espíritu Santo, llevando sobre Sí los pecados de toda la humanidad.

Él sabía que, para pagar el pecado, alguien tendría que morir. Y aunque Él era Dios, estaba allí como hombre, sujeto a las mismas tentaciones. Aun así, enfrentó todo y venció. Resucitó, porque la muerte no tenía ningún derecho sobre Él. Y por eso, en Él, podemos ser salvos.

Para entender mejor este tema, mira el mensaje completo en el video.

 

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso