thumb do blog Renato Cardoso
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¿CÓMO LIBRARSE DE LA CONDENACIÓN? (Buenas y malas noticias...)

Es posible vivir libres de culpa y de nuestros propios impulsos cuando decidimos no solo escuchar, sino también practicar la Palabra de Dios. ¡Descubra cómo librarse de la condenación, del miedo y del peso que ha cargado!

Vayamos directo al punto. El Texto Sagrado en Romanos 8:1 dice:

«Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu».

Este pasaje revela una gran verdad: el que está en Cristo está libre de condenación. Pero también deja claro lo contrario — el que no está en Cristo sigue condenado.

¿Por qué hay condenación?

La condenación existe porque, por naturaleza, nadie puede cumplir plenamente la ley de Dios. De hecho, apenas podemos obedecer nuestros propios principios. La persona que condena la mentira, por ejemplo, a menudo miente y aun así intenta justificarse. Alguien que valora la fidelidad puede perderse en pensamientos o actos de traición. Incluso quienes consideran que robar está mal, a veces ceden a la tentación de aprovecharse, cometiendo pequeños hurtos — como la piratería o robando energía eléctrica — y creyéndose astutos.

Todos tenemos una naturaleza caída. El pecado corre por nuestras venas, inclinándonos al error, y por eso necesitamos la cura que solo Jesús puede ofrecer.

El papel de la conciencia y el juicio final

Algunos dicen: «Mi conciencia no me acusa». Pero cuidado: al final, no seremos juzgados por nuestra conciencia, sino por la Palabra de Dios. Nuestra conciencia funciona como una brújula, pero el juicio final le corresponde a Dios, ante Su trono. Independientemente de su fe, responderá ante Dios.

Y, según la Biblia, nadie es lo suficientemente bueno por sí solo. Solo Jesús cumplió la ley a la perfección. Por eso pudo ofrecerse como sacrificio sustituto por todos nosotros. Murió en la cruz sin pecado y resucitó porque la muerte no pudo retenerlo, ya que la muerte es la paga del pecado — y Él no tenía ninguno.

La buena noticia que lo cambia todo

Si la mala noticia es la condenación para los que están fuera de Cristo, la buena noticia es liberadora:
«… no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús…».

Si reconoce que no puede ser bueno por usted mismo, confiesa sus pecados, se arrepiente y cree en el sacrificio de Jesús, entonces Él lo perdona, lo purifica y lo pone en una nueva condición: libre de condenación.

Pero esto requiere compromiso. La Salvación no es un evento aislado, es una nueva forma de vida: andar según el Espíritu y no según la carne. En otras palabras, no puede seguir viviendo en los mismos errores.

En Cristo hay paz

El que vive guiado por la carne sigue sus propios deseos. El que vive en Cristo es guiado por el Espíritu de Dios. Y el que vive así vive en paz. Ya no hay miedo a la muerte, al mañana, ni a acostarse y no despertar. Si la vida continúa, está con Jesús. Si llega la muerte, es ganancia — porque solo lo lleva a Él.

El perdón que necesita

Si carga con culpa, se siente sucio, decepcionado consigo mismo y lejos de Dios, hay una salida. La sangre de Jesús tiene el poder de limpiar lo que ningún jabón puede limpiar.

Regrese a Él. Aunque esté lejos o nunca se haya acercado, simplemente reconozca que Lo necesita, crea con todo su corazón y comience a obedecer Su Palabra.

Esto no es religión. Es una relación con Dios. Es caminar con Él todos los días, en espíritu y en verdad.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso