Escuche con mucha atención el consejo de la sabiduría. La sabiduría, en la Biblia, es un símbolo del Espíritu de Dios. Si medita en los capítulos 8 y 9 del libro de Proverbios, escuchará la voz de la propia sabiduría.

Vea algunos ejemplos: «Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis puertas cada día, aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida, y alcanzará el favor del Señor. Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me aborrecen aman la muerte», Proverbios 8:34-36.

En resumen, esta palabra dice que existe una paradoja (un conflicto entre ideas): cuanto más placer busca el ser humano, más dolor encuentra. Así como lo opuesto también es verdad: cuanto más busca la disciplina, más placer encuentra.

El ser humano piensa que su meta en la vida es ser feliz. Usted ve personas creando eslóganes: «Si te hace feliz, hazlo», y las demás creen en esto sin cuestionar, van en búsqueda de placeres. Piensan: «¿Qué me producirá felicidad? El placer sexual. Entonces, me entregaré a las personas». Lo mismo sucede con relación al dinero, a los alimentos (lo que tiene más grasa o lo que es más dulce). Sin embargo, después llegan las consecuencias, los problemas. La búsqueda del placer les genera dolor. Es lo que dice la sabiduría de Dios, pero el ser humano se hace el sordo.

¿Qué le produce alegría? Aferrarse a la disciplina, a las reglas de la vida. Por ejemplo: hora de dormir, hora de despertar, reglas para el dinero, para las relaciones y demás. La disciplina produce alegría, porque sus resultados son mejores: usted tiene más dinero en el banco, una buena reputación, más paz. Piense en esto y vea el video.