Usted ha identificado la raíz de su problema.  Muy bien.  Ahora, ¿cómo cortarla?  Esa es la pregunta que muchos se hacen.

Por su definición, cortar es un hecho agresivo.  Hasta un corte suave, pequeño, con una navaja muy afilada, causa algún daño. Cortar significa que un instrumento afilado penetra en alguna materia y hace una apertura, una incisión o herida.  En otras palabras, es un hecho invasivo y agresivo que altera el estado original de un cuerpo o cosa.  Si la materia es un ser vivo, puede ocasionar la muerte.

Por lo tanto, cortar la raíz, es un acto agresivo e intencional.  No se puede simplemente desear que desaparezca una raíz mala. Usted debe ser agresivo, brutal y  actuar con una afilada determinación para cortarla.  ¿Qué hacha puede usted utilizar para lograr esto?  Generalmente, es la actitud lo que más hiere esta raíz. Por ejemplo:

Humildad es el hacha para cortar la raíz llamada  orgullo.

La generosidad es el hacha para cortar la avaricia.

El dominio propio es el hacha para cortar la rabia, los excesos y los vicios.

El trabajo es el hacha para cortar la pereza.

Querer bien al prójimo es el hacha para cortar el egoísmo.

Coraje es el hacha para cortar el miedo.

La sinceridad es el hacha para cortar la hipocresía.

Un pacto con Dios es el hacha para cortar cualquiera fuerza demoniaca o maldición.

¿Entendió el espíritu?

Para cortar una raíz usted tiene que herirla donde más le duele, con lo que más le lastime, y repetir el proceso hasta que ella muera. 

Doloroso. Trabajo arduo. Ciertamente no sucede de un día al otro.

Pero es eficaz.

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