¡CHIVO EXPIATORIO! Debes saber…
El verdadero sentido del chivo expiatorio y lo que revela sobre Jesús
Hoy quiero hablar contigo sobre un chivo — sí, un chivo — y entenderás por qué ese animal tiene todo que ver con tu vida. La expresión “chivo expiatorio” es conocida; mucha gente la usa cuando siente que está cargando con la culpa de algo que no hizo. Pero pocos saben que esa expresión nació en la Biblia y apunta directamente a lo que el Señor Jesús hizo por mí y por ti en la cruz — y, más que eso, revela algo decisivo para tu vida hoy.
El Significado del Chivo Expiatorio
Para comprender este símbolo, necesitamos volver a la ley de Moisés. Una vez al año, el pueblo celebraba el Día de la Expiación — el día del perdón — y recibía el perdón de sus pecados. En ese ritual, se separaban dos chivos: uno era sacrificado como pago simbólico por las faltas, mientras que el otro permanecía vivo.
Y aquí está el punto.
Aarón, el sumo sacerdote, colocaba las manos sobre la cabeza del chivo vivo y confesaba allí todas las iniquidades del pueblo. Todo tipo de pecado — adulterio, mentira, robo, prostitución — era simbólicamente transferido a aquel animal. Luego, un hombre designado llevaba al chivo al desierto, lejos del campamento. Al ver aquella escena, el pueblo entendía: “Nuestros pecados fueron llevados lejos de nosotros. Estamos perdonados”.
Jesús, el Verdadero Chivo Expiatorio
Ahora, conecta los puntos. El profeta Isaías dijo: “El Señor hizo caer sobre Él la iniquidad de todos nosotros”. Así como aquel chivo cargaba simbólicamente con la culpa del pueblo, Jesús cargó, de hecho, con todos los pecados de la humanidad — desde Adán hasta el último ser humano que exista.
Por eso sufrió en Getsemaní. Aquel que nunca pecó sintió el peso de todos los pecados en Su cuerpo. El dolor emocional, espiritual y físico era tan grande que sudó gotas de sangre. Mientras nosotros nos quebramos por un solo error, imagina lo que Jesús sintió al absorber todo lo que la humanidad hizo de más bajo, vergonzoso y perverso.
Los soldados Lo crucificaron fuera de la ciudad, así como se llevaba al chivo fuera del campamento. Nada de eso ocurrió por casualidad; Dios estaba cumpliendo la profecía. Él fue — y es — el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Qué Significa esto para ti
Tal vez estés cargando culpas; tal vez hayas fallado con quienes amas, contigo mismo y con Dios. Además, puede haber una suciedad en tu alma que ningún remedio, viaje, terapia o método de autoconocimiento logra limpiar. Al fin y al cabo, existen dolores internos que el mundo simplemente no tiene la capacidad de tratar.
Y es justamente ahí donde entra el Cordero.
Sin embargo, el perdón no es automático. Les transfieres tus pecados a Él cuando te vuelves a Jesús, te arrepientes, te entregas, abandonas el pecado y te pones sobre el Altar como una ofrenda viva. Así, no se trata del sacrificio de animales, sino del sacrificio de tus propias voluntades.
En consecuencia, cuando te arrepientes de verdad y decides vivir una nueva vida, entiendes: alguien inocente pagó el precio en tu lugar.
¿Te da “pena del chivo”? Entonces deja de pecar
Siempre hay alguien que dice: “pobrecito el chivo”. Pero pocos recuerdan que Dios puso todo esto sobre Su propio Hijo — por mí y por ti.
Si te da pena el chivo, entonces deja de pecar. Deja de repetir los mismos errores. Deja de vivir aquello que solo te destruye por dentro.
Arrepiéntete. Deja el pecado atrás. Recibe el perdón. Vive en obediencia. Y entonces tendrás paz, porque “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”.
Vive esa paz hoy
Él es nuestro chivo expiatorio. Él es nuestro Cordero. Y el castigo que nos trae la paz estaba sobre Él. Por Sus heridas, fuimos sanados.
Y ahora, es tu momento de decidir: ¿seguirás cargando culpas que Él ya llevó, o entregarás todo en el Altar y empezarás a vivir la verdadera paz?
Mira el video hasta el final y compártelo con tus amigos.
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