BUSCANDO UN VERSÍCULO PARA HACER LO QUE QUIERA
Todo ser humano tiene la tendencia a inclinarse hacia lo que quiere, pero la verdad es que nuestras voluntades no siempre nos harán bien mañana
Presta mucha atención a esta verdad: hay dos maneras de leer la Biblia. Una es para conocer la voluntad de Dios. La otra es para justificar nuestra propia voluntad. Y, lamentablemente, la mayoría de las personas se inclina por la segunda.
Muchos abren la Biblia con un deseo ya formado y buscan versículos que confirmen lo que quieren hacer. Luego dicen: “¿Ves? Dios me habló”. Pero ¿Fue realmente el Espíritu Santo — o solo la voz del corazón buscando aprobación divina?
Leer la Biblia de esa forma es peligroso, porque pone nuestra voluntad por encima de la de Dios. Y la verdad es que no sabemos querer. Nuestro querer está contaminado por el egoísmo, el orgullo y el pecado. Por eso Jesús nos enseñó a orar: “Hágase Tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.”
La voluntad humana es engañosa
Si seguimos al corazón, terminaremos equivocándonos. El tiempo lo demuestra. Muchas veces, cuando hacemos todo a nuestra manera, cosechamos arrepentimiento. La Biblia nos advierte repetidas veces sobre seguir nuestra propia voluntad, porque suele volverse en nuestra contra.
Y hay quienes incluso usan versículos fuera de contexto para sostener su propio error. Personas que logran usar textos bíblicos aislados para justificar casi cualquier actitud — incluso las peores. Ya se han librado guerras y cometido pecados “en nombre de Dios”, distorsionando lo que la Biblia realmente dice.
Cuando el hombre usa la Biblia a su favor
Recuerdo a un hombre que vino a buscar ayuda en la iglesia. Estaba casado, pero tenía varias mujeres. Cuando se le orientó a cambiar de vida, se justificó diciendo: “¡Pero Salomón tuvo mil mujeres!” Leyó la Biblia solo hasta la parte que le convenía — e ignoró el resto.
Quien lee la Palabra a medias, sin entender las consecuencias, se engaña a sí mismo. Porque el mismo libro que muestra las grandes hazañas de Salomón también muestra que sus muchas mujeres fueron la causa de su ruina.
Dios dejó registrados los errores y los aciertos de los héroes de la fe no para encubrir, sino para enseñar la verdad. El adulterio de David, la mentira de Abraham y la desobediencia de Moisés están allí para que aprendamos de ellos, no para que repitamos los mismos errores.
Dios no se contradice
Por eso, medita en la Palabra de Dios no para apoyarte en los errores del pasado ni justificar que tú también tienes el “derecho” de errar, sino para escuchar lo que Dios quiere decirte hoy.
La Biblia dice que “Dios no puede negarse a Sí mismo” (2 Timoteo 2:13). Él no se contradice. Si una interpretación va en contra del carácter y del conjunto de Su Palabra, entonces no proviene de Dios.
Por eso, amigo mío, amiga mía, ten cuidado. No leas la Biblia para confirmar lo que quieres escuchar. Léela para descubrir lo que Dios quiere de ti.
Somete tu voluntad a la de Dios
Ora como Jesús oró: “Padre, haz Tu voluntad, y no la mía.” Ve a la Palabra con el corazón abierto, acepta la corrección y deja que Dios te guíe. Pide entendimiento, y el Espíritu Santo te mostrará el camino.
Porque la diferencia entre quien usa la Biblia para engañarse y quien la lee para obedecer está en una sola actitud: someter la propia voluntad a la voluntad de Dios.
Si este video te ayudó, ¡compártelo y deja tu comentario!
Portugués
Inglés
Francés
Italiano
Haití
Ruso