thumb do blog Renato Cardoso
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APRENDE A LEER LA BIBLIA CON FE E IMAGINACIÓN

Muchas veces leemos la Biblia con prisa y dejamos pasar riquezas valiosas

Muchas veces, al leer las Escrituras, dejamos pasar riquezas ocultas debido a la prisa. No usamos la imaginación para profundizar en lo que el Texto está diciendo. Sin embargo, la fe exige visión, nos permite ver con los ojos espirituales lo que los ojos físicos no pueden ver.

Para ver, necesitamos imaginar. La palabra “imaginar” viene de “imagen”. Es decir, debemos visualizar, crear en la mente el escenario que la Palabra presenta. Cuando meditamos de esa manera, aprendemos lecciones profundas que están escondidas entre líneas.

El ejemplo de Pedro y el pez

En Mateo 17, capítulo 24, Jesús llega a Capernaúm y Pedro es abordado por los cobradores del impuesto. Lo presionan, insinuando que Jesús desobedece la ley. Pero Jesús muestra otro camino: obedecer con sabiduría.

Él da una instrucción clara:

“… ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga, en su boca encontrarás la moneda.”

A primera vista, parece simple, pero observa:

  1. Alguien tuvo que perder la moneda.

  2. El pez necesitaba tragarse justamente esa moneda.

  3. El pez debía estar exactamente donde Pedro lanzaría el anzuelo.

Pedro no sabía nada de eso. Aun así, actuó con obediencia, lanzó el anzuelo y encontró la moneda.

La obediencia conecta la Palabra con el milagro

Aquí está la lección: la fe sin imaginación es limitada. Pedro no podía prever cada detalle, pero usó lo que sabía hacer, confió en la promesa y actuó. El milagro ocurrió porque la obediencia se conectó con la Palabra.

¿Alguna vez te has sentido perdido, sin saber cómo actuar? Tal vez estás olvidando lanzar tu anzuelo. Tu anzuelo es lo que sabes hacer con tus habilidades y oportunidades. Lánzalo con fe, visualiza el resultado y observa a Dios actuar.

Lo que parece perdido puede convertirse en semilla

La moneda cumplió la Palabra de Dios y honró compromisos. Así también sucede en tu vida: lo que siembras con fe e imaginación nunca se pierde, se convierte en semilla para grandes frutos.

Lanza tu anzuelo hoy

Por lo tanto, nunca subestimes el poder de la fe conectada a la imaginación y la obediencia. Lanza tu anzuelo, visualiza el milagro, confía en la promesa y sigue actuando. La fe que actúa de esa manera transforma vidas, mueve montañas y garantiza provisión donde parecía imposible.

Si este video te ayudó, compártelo y deja tu comentario sobre cómo la Palabra ha transformado tu vida.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso