thumb do blog Renato Cardoso
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Adorando al dios de los enemigos

Imagem de capa - Adorando al dios de los enemigos

Si Gedeón tenía una fe inteligente, sus compatriotas tenían una fe burra. La fe burra de los hijos de Israel los llevó a adorar a los dioses de los Amorreos – el pueblo que ya estaba en la tierra de Canaán antes que ellos llegasen allí. Entonces, la mentalidad de estos israelitas era así: “Bien, nuestro Dios nos ha entregado sus tierras y nos hizo más fuertes que ustedes para expulsarlos de aquí. Y sus dioses no podrán hacer nada en contra de nuestro Dios. Ummmmm. ¿Pero, sabe qué? El culto que ustedes prestan a estos dioses suyos es tan interesante… Mujeres, fiestas… Además, podemos ver a sus dioses, y al nuestro no. Sus dioses son más liberales; el nuestro es más exigente, lleno de reglas… No haga esto, no haga aquello… Explíquenos: ¿Cómo se adora a sus dioses?”

Qué fe tan burra. ¡Burrísima!

Fue algo parecido a esto lo que aquél profeta enviado por Dios trajo como respuesta a los hijos de Israel por su clamor.
“Ustedes están pagando el precio por su burrada”. Quien no usa  la fe inteligente, usa la fe burra. Quien usa la fe burra, la fe que no piensa, recibe lo que esta fe merece. “También os dije: ‘Yo soy el Señor, vuestro Dios: No temáis a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis.’ Sin embargo, no habéis obedecido a mi voz.” Jueces 6.10