Tal vez usted nunca pensó en esta pregunta, pero piense sobre esto, porque es muy importante. Se refiere a usted y a su vida después de la muerte. La pregunta es: ¿A quién le interesa que las personas no crean en Dios?

Usted ve hoy en el mundo un movimiento para erradicar a Dios de la sociedad. Es un movimiento para ridiculizar la fe (curiosamente y específicamente la fe cristiana). Hay un trabajo aparentemente unido, organizado de los medios y de la sociedad en general para quitar a Dios de la vida de las personas. Por ejemplo, en una escuela del interior de San Pablo, se emitió una orden para que los profesores no hablen absolutamente nada que remita a Dios en clase (ni un «Que Dios te bendiga»). Es decir, hay un esfuerzo para eliminar a Dios de la vida de las personas.

Entonces, ¿a quién le interesa que las personas no crean en Dios? Obviamente, el primero es el diablo. Naturalmente, él no quiere que las personas crean en Dios, trabaja para que no crean en su existencia y en la de Dios. El diablo sabe que el ser humano tiene una sed natural de conocer al Creador. Al saber esto, sustituye la creencia en el verdadero Dios por un falso dios, que es cualquier cosa que la persona pone en primer lugar en su vida. Además, el diablo debe tener mucho orgullo de la frase que creó: «Todos los caminos llevan a Dios». El Señor Jesús dijo que Él es el camino (Juan 14:6).

El ídolo, al estar en primer lugar, consume tiempo, dinero, esfuerzo, todo el propósito de vida de la persona. Los dioses de este mundo quieren su total atención. Así que usted tiene que despertar ante este movimiento que está sucediendo. Hoy vemos gobiernos que tienen determinadas ideologías con el interés de que no crea en Dios. ¿Por qué la fe cristiana es perseguida desde el inicio, como en la época del Imperio romano, por ejemplo? ¿Cuál es el miedo de los gobiernos? Tienen miedo de que los cristianos no se sometan al líder del Gobierno, porque los cristianos ya eligieron un líder para ellos, el Señor Jesús.

Sepa que usted es el que decide en quién creer, es decir, quién ocupará el primer lugar en su vida. Y la Palabra de Dios dice: «El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado» (Marcos 16:16).

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