La verdad, a veces, es inconveniente, nos perturba, nos desafía, exige que tengamos una actitud diferente de la que hemos tenido. Por eso, existen expresiones como «la verdad desnuda», «la cruda verdad» y «la verdad duele». Porque la verdad, muchas veces, no nos conviene, no favorece a nuestra manera de ser.

El propio Señor Jesús dijo: «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Juan 8:32

Este versículo implica que cuando la persona no conoce la verdad es prisionera de la mentira. Pero cuando la conoce, entonces es liberada de la esclavitud de las mentiras por las cuales vivió durante tantos años.

Jesús dijo estas palabras, no porque la verdad está lejos o es de difícil entendimiento para las personas que viven en la mentira, porque está disponible. ¿Cuántas personas tienen la verdad en la cabecera de la cama? La Biblia, la Palabra de Dios. Pero no la lee, no le importa. ¿Cuántos conocen y usan versículos bíblicos, pero no se detienen a considerar aquellas palabras? Entonces, no es falta de acceso, es falta de querer confrontar, querer entender aquella verdad. Porque va a exigir que la persona cambie algo en su vida y ella no quiere hacer eso. Por eso, la mentira es más agradable.

Aunque existan muchas otras, citaré 3 verdades inconvenientes:

1ª – Nada es creado de la nada: Esa verdad confronta a aquellas personas que niegan la existencia de Dios. Porque creen, por ejemplo, que todo lo que existe fue obra de la casualidad. Pero para que se cree algo es necesario que haya otra cosa, a no ser que exista un poder superior que no haya sido creado. Y esa verdad pone incómodas a las personas porque si reconocen que existe un poder superior, entonces ese poder inmediatamente es mayor que nosotros, fue nuestro Creador. Esa verdad es inconveniente, por eso, surgen muchas teorías sobre cómo surgió el mundo y las personas, curiosamente, están preparadas para creer en estas teorías, pero no en la Palabra de Dios que declara que Él es el Creador.

2ª – Dar para recibir: Una verdad tan natural, tan arraigada en nosotros, y sabemos tan instintivamente que hasta quien se encuentra en situación de calle sabe que si va a un semáforo y comienza a lavar el parabrisas de los autos o se ofrece para cuidarlos, recibirá mucho más que si se queda en la vereda solamente con la mano extendida pidiendo limosna. Entonces, «dar, para recibir» es otra verdad inconveniente.

Jesús habló de la misma verdad, de otra forma: «Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas». Mateo 7:12.

Pero las personas no quieren dar, quieren recibir. Nunca hubo una generación tan egoísta, tan demandante como la generación actual, que quiere recibir, pero no quiere dar. Por eso, continuará esclava de la mentira.

3ª – Perdonar para ser perdonado: Antes de pedirle perdón a Dios por nuestros pecados debemos haber perdonado a quien nos ofendió. Es decir, no sirve pedirle perdón a Dios si primero no perdono a quien me ofendió. Nosotros no somos perfectos, por eso necesitamos el perdón, la comprensión de las personas, y más que nada, del perdón de Dios. Pero Él determinó en Su Palabra, que si nosotros no perdonamos a quien nos ofendió tampoco seremos perdonados. Esa es la verdad inconveniente que la persona rencorosa no quiere oír. Quiere la comprensión de su dolor, pero no quiere oír esa verdad.

Yo mencioné solo tres, pero puede encontrar muchas más de esas verdades que libera en una Biblia que tiene cerca.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.