Cuando vamos al médico, él nos hace varias preguntas y, a través de estas, aprendemos a notar cuando algunas cosas están mal en nuestra salud. Por eso, le daré tres síntomas de que su alma está sedienta de Dios. No me refiero a una religión, sino a la presencia de Dios.

1.º Ausencia de paz

Cuando una persona está vacía de Dios, se da cuenta de que no tiene paz en su vida. Puede hasta tener, del lado de afuera, muchas cosas positivas, un buen empleo, una familia o todo marchando bien, pero dentro de sí no tiene paz. Por algún motivo, es inquieta, no logra descansar, no tiene un sueño tranquilo ni un clima para respirar y decir: «Está todo bien». Al contrario, intenta huir de sí misma, de ese momento sin paz, principalmente, cuando está sola. Ella llena su agenda de cosas para hacer, para no detenerse a pensar mucho en eso. La presencia de Dios se caracteriza por la paz interior. Cuando tenemos la presencia de Dios dentro de nosotros, aunque haya una guerra del lado de afuera, por dentro, estamos en paz.

2.º Presencia de odio, rabia, resentimiento y sentimiento de venganza

Es natural que la presencia de Dios nos traiga comprensión del prójimo, entendimiento, buenos ojos. En cambio, Su ausencia, promueve lo contrario. Entonces, si usted se da cuenta de que, por ejemplo, su corazón se está llenando de odio, cuando antes no era así, se está volviendo una persona fría, a quien no le importan los demás, incluso frente a las maldades que ve en el mundo, tiene un síntoma de que su alma está sedienta, de que necesita la presencia de Dios.

3.º Confusión de pensamientos

Tal vez llegó a un punto en el que dice: «No sé más nada», porque no tiene más convicciones sobre su vida, no sabe si debería mudarse de ciudad, a veces quiere vivir y otras veces morir, busca respuestas en las religiones, quiere saber lo que las personas dicen, incluso va al psicólogo, pero las respuestas que recibe no le satisfacen. Estas no responden sus anhelos, no le quitan la confusión que tiene dentro de sí. Cuando Dios está con nosotros, no nos da todas las respuestas. Nosotros no tenemos la capacidad para saber todo sobre este mundo, pero Él nos consuela con las respuestas que nos da, porque es una respuesta que nos conforta, que nos tranquiliza.

Claro que estas no son las únicas señales, pero usted debe haber entendido que no necesita un remedio más o algo de este tipo, sino buscar la presencia de Dios. Haga esto por usted, por su vida, antes de que sea demasiado tarde. Vea el video y escuche el mensaje completo.