No temáis; estad firmes y ved la salvación que el Señor os dará hoy, porque los egipcios que hoy habéis visto, no los volveréis a ver nunca más. Éxodo 14:13

– Había una promesa para el pueblo de Israel, que se tornaría grande, poderoso, bendecido
– La promesa estaba impedida de cumplirse debido a una opresión, una situación, que amarraba la vida del pueblo: la esclavitud
– Ellos buscaron el libramiento; Dios intervino y los libró
– Comenzó la lucha para una vida nueva
– Hay una promesa de Dios (en realidad, son miles) para que su vida sea grande y bendecida
– Pero hay fuerzas negativas que amarran, impiden, le encadenan y le hace sentir como si su situación no tuviera solución
– Usted necesita librarse de lo que le amarra y le oprime, para tomar posesión de la promesa

Hay una lucha hasta que la victoria sea establecida

El secreto del Éxodo está en entender que existen fuerzas contrarias que se interponen en el plan de Dios en la vida de las personas. Por eso, tiene que haber una constante lucha física y espiritual contra este mal para vencerlo y mantenerlo debajo de nuestros pies.

Hasta después de una liberación, el mal sigue intentando actuar de otras maneras para que la persona no llegue a su objetivo, especialmente la salvación. El pueblo salió de Egipto, por ejemplo, pero pereció en el desierto por la incredulidad. Comenzaron pero no terminaron. Los que terminaron fueron los que mantuvieron el espíritu de lucha hasta el final.

Muchos se libran de un problema y luego se acomodan, dejan de luchar. De ahí perecen en el próximo problema… Vencen una batalla pero pierden la guerra.

El SEÑOR es fuerte guerrero; el SEÑOR es su nombre. Éxodo 15:3

Un buen comienzo es empezar sabiendo que la guerra solo termina cuando conquistamos la victoria – cueste lo que cueste. ¡Si no es para vencer la guerra,  mejor es ni ir a ella!

Allí está el secreto del Éxodo —  ser un guerrero. Entonces, ¿qué hacer con esta información?

Crea en la promesa de una buena vida para usted. Él quiere que usted venza en este año. ¡Crea! Hay una vida mejor que ÉL ya planeó para usted.

Reconozca que hay un mal que no quiere que usted luche o venza. Este mal pone cargas sobre usted, incluyendo (pero no limitando a) dudas, pecados, personas negativas, vicios (para neutralizar su dominio propio), obstáculos, dificultades… LÍBRESE de estas cosas

Conviértase en una persona de GUERRA, como su Señor. Alíese a Él, sea fuerte, sea determinado a vencer y a ir por el todo o nada. Si usted no es guerrero, la guerra va acabar con usted.

Escriba de qué usted va a librarse, qué usted va a dejar, en contra de qué va a luchar para verse libre, en su vida; comience actuar para realizar esto.