El ser humano tiene complejo de oveja, o sea, de imitar al rebaño, de hacer lo que todo el mundo hace. Eso es bueno a veces, por ejemplo en lo que respecta a las normas sociales. Imagínese si usted fuese a aparecer en su lugar de trabajo desnudo. No estaría bien. Andar vestido en público es una norma social que (casi) todo el mundo acata.

El problema es que extrapolamos eso hacia otras áreas también. Miramos lo que otros están haciendo y seguimos el ejemplo, sin ni siquiera pensar.

Ahora piense: la mayoría de las personas no son exitosas. Al contrario, los exitosos, los ejemplos a ser seguidos, los que hacen la diferencia, son pocos. Entonces, si usted fuese a hacer lo que todo el mundo hace, probablemente estaría imitando el comportamiento de personas derrotadas o, en el mejor de los casos, mediocres.

Si usted quiere ser diferente, hacer la diferencia, tiene que hacer más, mejor y con más garra que todos. Tiene que pensar más allá del rebaño, ser más osado, superarse a sí mismo.

Si usted hiciera eso, lo bueno es que no va a ser muy difícil destacarse.

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