El rey Salomón dijo: «Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace», Eclesiastés 3:17.

La injusticia suele tener un «efecto búmeran». Me refiero al mal que se hace intencionalmente, el que la persona sabe que está perjudicando a otra e insiste con su mentira. Incluso parece que esta persona se libra, parece que ganó y que el mal superó al bien.

Sin embargo, como está escrito, Dios juzgará al justo y al impío. A pesar de que Dios sea el Justo Juez, hay un tiempo. Ese tiempo de espera por el juicio de Dios hace que los justos se vuelvan injustos por querer hacer justicia por mano propia. La persona pierde la confianza en el Justo Juez. Dios dijo: «Mas el justo vivirá por fe…»,Hebreos 10:38, no dijo que sería por la «justicia». Esto quiere decir que muchas veces el justo pasará por injusticias, pero vive por la fe que tiene y no porque le va bien en la vida.

La fe del justo incluso lo ayudará a superar las injusticias que enfrente en esta vida. Porque, a pesar de ser justo, vive en un mundo sumamente injusto. Si el justo no tuviera fe, no soportaría esperar la justicia de Dios. En el momento en el que se apresura a hacer justicia, deja de ser justo.

No significa que somos buenitos, sino que lo único que nos hace justos delante de Dios es nuestra fe. Usted dice: «Sufrí una justicia, no lo aceptaré, esto no se quedará así». Entonces, hace justicia por mano propia y se vuelve vulnerable a la justicia de Dios por su injusticia.

Salomón quiso decir que a veces Dios permite la injusticia, porque incluso en la injusticia hay un propósito. Quizás sea enseñarle al justo a tener confianza, quizás sea para enaltecer al justo ante los ojos de los demás (como en la historia de Mardoqueo, en la Biblia), pero el justo debe seguir creyendo.

Preste atención: usted que comete injusticias de manera consciente (mintió, engañó, robó, traicionó) debe saber que ese tiempo pasará y, cuando esto suceda, le llegará el juicio. La justicia tiene «efecto búmeran». Sin embargo, usted puede arrepentirse, humillarse ante Dios.

Para quien está sufriendo una injusticia: no ceda ante la tentación de hacer justicia por sus propias manos. En el momento en que lo haga, dejará de creer, y el justo vive por la fe; la fe forma parte de su justicia. Siga creyendo que Dios lo guardará. Aguante y soporte. Es un tiempo angustiante, pero pasa. Intente entender también la lección que se puede extraer de esa injusticia. Usted debe decir: «Dios mío, esto me está angustiando, pero sé que hay un propósito en esto. Todavía no sé cuál es, pero muéstrame para que pueda aprender y para que ese propósito se cumpla en mi vida lo antes posible».

Piense al respecto y vea el siguiente video.