El Volkswagen verde y el poder de reacción
Desperté en el hospital con mi pierna derecha enyesada. No sabía cómo había ido a parar allí. Tenía solamente 4 años. Déjeme contarle cómo sucedió eso. Es uno de mis recuerdos más antiguos.
Todos los días por la tarde, mi hermano mayor y yo quedábamos frente al portón de la casa esperando que nuestro abuelo llegara del trabajo. Cuando veíamos el Volkswagen blanco doblando en la esquina, quedábamos súper entusiasmados…Él paraba frente a la casa, del otro lado de la calle, y nosotros cruzábamos para ir hasta él. Él abría la puerta, nos sentaba en el banco de atrás, cerraba la puerta, y entrábamos en nuestro garaje. Salíamos todos contentos del carro. En total eran menos de 30 segundos dentro del carro, ¡pero aquello era lo máximo para nosotros!(No me pregunte el porqué.)
En aquel día, yo me solté de la mano de mi hermano para cruzar antes que él la calle. Me acuerdo como si fuera hoy. Mi abuelo ya estaba parado del otro lado de la calle. Miré antes de cruzar, y vi un Volkswagen verde girando en la esquina (en aquella época, quien tenía carro, era un Volkswagen, sólo cambiaba el color) Pensé que me iba a dar tiempo de atravesar. Y fui.
No contaba con que aquella persona vendría a mucha velocidad… Él frenó, pero no consiguió parar a tiempo. El carro me golpeó, rodé en el asfalto, y de alguna manera, el carro terminó parando encima de mí, mi tobillo izquierdo quedó aprisionado debajo de la rueda delantera izquierda.
El conductor, desesperado, sin reacción, no sabía qué hacer.
Entra en escena mi héroe.
Mi abuelo, ante lo que vio, no se lo pensó dos veces. Salió del carro como un relámpago en mi dirección, agarró la delantera del seiscientos, y con una fuerza que ni él sabía que tenía, levantó el carro lo suficiente como para que alguien me empujara y quitara mi pie de debajo de la rueda. Él salvó mi pie, y probablemente mi vida.
Yo nunca me olvidé de aquel día — no apenas por el trauma e inmensa gratitud y admiración por mi abuelo, sino también por dos lecciones que aprendí:
1. La reacción es todo. Cuando usted está siendo presionado, atacado por un problema, su reacción inmediata determinará el resultado final. Si el problema va a derrotarle o si se transformará en una gran experiencia de superación para usted, va a depender de su reacción ante él. Reaccione. Y rápido.
2. La reacción inmediata le da una fuerza fuera de lo común. Cuando somos atacados, nuestra fuerza es estimulada por nuestro sistema de autodefensa. Por eso, usted tiene que dar lugar a esa fuerza, y aprovecharla. Si usted deja que ese momento pase, esa fuerza fuera de lo común también pasará.
Esto funciona sea cual sea la situación o problema que venga sobre usted. Utilice esta arma que Dios le dio.
Si flaqueas en día de adversidad, tu fuerza quedará reducida… Proverbios 24.10
Observación: Aquí no estoy hablando de emociones, reacciones emocionales, ni tampoco de reacción en el sentido de pelear con otra persona. Estoy hablando de una reacción inteligente, usada para el bien, para superar su problema.
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