USTED RECIBIÓ PÉSIMAS NOTICIAS: ¿Y AHORA QUÉ?
Recibir una mala noticia puede dejar por el suelo a cualquiera, pero es ahí cuando su fe o su emoción hablarán más fuerte. En este video aprenderá qué hacer inmediatamente después de recibir una pésima noticia — y cómo su reacción puede definir la respuesta de Dios.
«Y sucedió que cuando oyó esto el rey Ezequías, rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del Señor». Isaías 37:1
El rey Ezequías recibió un mensaje aterrador de Senaquerib, rey de Asiria. La carta decía, en resumen: «Ríndete o serás destruido. Ni tu Dios podrá salvarte». Senaquerib ya había conquistado varias ciudades de Israel, y ahora apuntaba hacia Jerusalén.
La reacción de Ezequías: ¿fe o desesperación?
Ante esta amenaza, Ezequías podría haberse desesperado. Pero, en lugar de eso, tomó tres actitudes marcantes:
- Rasgó sus vestiduras – un acto simbólico de protesta y rechazo a aquella palabra.
- Se cubrió de cilicio – en señal de humillación, reconociendo su dependencia de Dios.
- Fue a la Casa del Señor – no se aisló; buscó el altar, el lugar de la respuesta divina.
Sus reacciones revelan su historial con Dios
La forma en que usted reacciona ante una mala noticia revela el tipo de vida espiritual que ha estado cultivando. La reacción de Ezequías no fue improvisada, sino fruto de una caminata continua con Dios. En otro episodio, cuando el profeta Isaías le dijo que moriría a causa de una enfermedad, su respuesta también fue inmediata: se levantó, volvió su rostro hacia la pared y oró, recordándole a Dios su fidelidad. (Isaías 38:1-5)
Reacciones como esas no nacen del impulso emocional, sino de una fe fortalecida con el tiempo.
¿Qué hace usted cuando todo parece venirse abajo?
Tal vez esté pasando exactamente por eso ahora. Recibió una mala noticia, una palabra dura, un diagnóstico preocupante o una afrenta directa. ¿Cómo ha reaccionado?
¿Llora, lo publica en redes sociales o corre a contárselo a alguien?
¿O, como Ezequías, protesta con fe, se humilla y va a la presencia de Dios?
Vea, la reacción correcta no es la desesperación, sino la confianza. Cuando Ezequías entró al templo y presentó la carta del enemigo ante Dios, declaró:
«Inclina, oh Señor, Tu oído y escucha; abre, oh Señor, Tus ojos y mira; escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo». Isaías 37:17
Y entonces, Dios respondió.
La respuesta divina es proporcional a la fe
Esto nos enseña que:
Obviamente, todos estamos sujetos a recibir malas noticias, pues vivimos en un mundo caído, expuesto a accidentes, enfermedades e injusticias. Sin embargo, la forma en que reaccionamos puede cambiarlo todo.
Dios no responde al pánico, sino a la fe. Él busca fe en medio del dolor, confianza en medio del caos.
Vaya hacia el altar
No necesita enfrentar solo lo que está viviendo. Hay un altar esperándolo. Entonces, si es posible, vaya a la Casa del Señor. Haga como Ezequías: presente su dolor, su indignación, su miedo y sus peticiones delante de Dios.
Piense en el altar como los oídos de Dios. Al salir de allí, ciertamente, no será el mismo. Su alma será restaurada, su fe será renovada y, sobre todo, la respuesta de Dios llegará — certera, poderosa y mejor de lo que imaginaba.
Vea este mensaje completo en el siguiente video.
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