EL FIN DE LA LÍNEA, ¿SE TERMINÓ PARA USTED? NO, SI HACE ESTO.
El Señor Jesús realizó innumerables milagros y muchos no se registraron. Sin embargo, los que están en la Biblia son los que transmiten más que el evento en sí. Estos milagros nos benefician, incluso en los días de hoy, con magníficos mensajes que se trasladan a nuestra vida actual. Por ejemplo, el primer milagro que Él realizó: la transformación del agua en vino. A Jesús Lo invitaron a una fiesta de casamiento. El vino se terminó. Los anfitriones se avergonzaron de no haber podido atender a los invitados.
Sabemos que el pasado no se puede modificar. Pero ¿cuántas personas tienen la sensación de que «el vino en sus vidas se terminó»? Tienen esa sensación de que el combustible está llegando a la reserva y que no hay gasolineras ni dinero para abastecerlo. Las personas observan su matrimonio y dicen: «Esto no tiene futuro. Seguramente terminará en separación». Reciben un diagnóstico médico y saben que no tienen cura, que solo emporarán. Hay quienes, por diferentes motivos, escuchan en su mente: «Se ha terminado para ti». El primer milagro del Señor Jesús demuestra lo contrario, porque cuando nadie sabía qué hacer, Él pidió seis vasijas de agua y realizó el milagro. María, que estaba en la fiesta, dijo: «Hagan todo lo que Él les diga», entonces, Jesús no transformó esa agua en cualquier vino, sino en el mejor de los vinos.
El Señor Jesús cambió la reputación de esa familia. Era una familia que estuvo cerca de ser avergonzada socialmente. Pero el Señor Jesús realizó el milagro. Este es el mensaje que Dios le da. No es necesario que termine la fiesta avergonzado ni que su vida termine en fracaso. Tampoco su matrimonio, su salud, su condición espiritual y su futuro deben terminar de esa manera. Si siente vergüenza, si no hay visión de mejoras y lo que escucha en su interior es que todo se terminó para usted, tome una decisión ahora. Acérquese a Él y dígale: «Señor Jesús, ¿qué es lo que debo hacer? No solo respecto a esta situación, sino a mi vida. Hasta este momento hice lo que consideraba mejor, lo que pensaba, lo que estaba en mi corazón, y solo me destruí. Pero, a partir de ahora, solo haré lo que Tú me digas». Él lo orientará, pero usted debe tener oídos para oír y valentía para obedecer.
Si usted hace esto, lo que lo avergonzaba será su mayor honra. Él puede, incluso hoy, transformar su agua en el mejor vino. Cuando alguien le pregunte cómo hizo para lograr salir adelante, glorifique al Señor Jesús, y su testimonio ayudará a otras personas. Piense en este mensaje a través del siguiente video.
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