Blog Renato Cardoso | 22 de Mayo de 2013 - 20:08
El hábito es algo que hacemos sin pensar mucho. La actividad ya está incorporada en nuestra memoria y es accionada por el recuerdo de una situación u otra actividad. El mal gusto en la boca por la mañana acciona su hábito de cepillar los dientes. El aroma y el gusto del arroz en el plato le accionan el hábito de agregarle la comida con la que le gusta acompañarlo. El marido molestándole acciona su hábito de darle una patada e introducirse en Facebook por las próximas dos horas. (Usted no imagina el poder del hábito.)
Ahí es que está el problema. Los malos hábitos generan malos resultados. Sabemos eso pero no conseguimos parar de hacerlo. ¿Por qué? Porque no estamos siendo más astutos que ellos.
Es posible que usted rompa un hábito, pero solamente si usted saca su cerebro del piloto automático y lo usa.
¿Quiere romper uno? ¿Acepta hacer un experimento junto a mí?
Entonces aquí va. El primer paso es identificar el mal hábito que usted quiere romper.
Escríbalo en el papel. Pero antes de escribirlo, preste atención. Tiene que ser algo:
Estos tres puntos son muy importantes. El hábito que usted quiere romper tiene que incluir los tres. Entonces ahora, separe algunos minutos y escriba lo que es.
En el próximo post continuamos.
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