thumb do blog Renato Cardoso
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Siendo la madre de su marido

Una de las peores cosas que una mujer puede hacer en el matrimonio es el papel de madre de su marido. Generalmente sucede así:

(En el auto) ¿Por qué estás yendo tan lento? Cuidado, estás manejando muy cerca del auto de adelante. Presta atención no vas a pasar la entrada…

¿A quién estás llamando? ¿Quién es esa persona?

¿Por qué no le dices a tu jefe/amigo/ compañero que no vas a poder ir?

Lleva el vaso a la pileta, no cuesta nada. Y saca el pie de encima de la mesa, ¿no estás viendo que se va a arruinar?

Pienso que todos nosotros nos damos cuenta cuando alguien habla con nosotros como si fuese nuestra madre. Y antes de que me ataquen, déjenme decir: ¡Gracias a Dios por ellas! Bien o mal, son nuestras madres las que nos colocan en el eje. Yo debo mucho a la mía y no lo callo. Sin embargo, hay un pequeño detalle: no me casé con ella. Por más que amemos a nuestra madre, nunca pensamos en llevarla al altar, ni cambiamos alianzas con ella.

Es más, cuando yo conocí a Cristiane, ella no se comportó conmigo como si fuese mi madre. O sea, no fueron las características de madre lo que me atrajo en ella. Me atrajo su dulzura, su compañerismo, su gracia, su conversación, su carácter, su deseo de agradarme, su manera cariñosa de mirarme…y por qué no decirlo, su sensualidad sin pretensiones. Ella no me pegó con la zapatilla, ni con el cinturón, no me dio un reto cuando yo llegaba atrasado para nuestro encuentro, ni criticaba mi manera de vestir ( a pesar de reírse mucho por dentro por mi sentido de la moda en ese tiempo, ella fingía muy bien).

La cuestión es que toda mujer tiene un poquito (o mucho) de madre dentro de sí. Ya está en los genes. Y de cierta forma es muy útil, inclusive para mantener al marido en línea. Dios sabe que necesitamos un tirón de orejas de vez en cuando. Pero si es demasiado usado y sin sabiduría, ese instinto maternal puede arruinar un matrimonio.

Mi consejo para usted mujer que quiere conseguir más de su marido en todos los sentidos, es el siguiente:

Sea lo que la madre de él no es y nunca podrá ser: su amante

Tal vez esta sea la única cosa que la diferencia de su suegra. Es exactamente eso lo que atrajo a su marido hacia usted. Por lo tanto, sea sabia y use esa diferencia a su propio favor.

• En vez de mandar, pida con aquella dulce voz
• En vez de controlar, interésese en la vida de él con admiración y aprecio ( él le va a contar todo lo que usted quiera saber)
• En vez de criticar, dígale cómo puede mejorar todavía más (eres un gran padre, y podrás ser mejor si…)
• En vez de reclamar de la vida y de todo en su oído, encuentre razones para celebrar.
• En vez de disgustarse porque él no va a la cama más temprano o porque está siempre cansado, póngase aquella ropa, vaya donde está él, agárrelo de los bíceps y hágalo recordar por qué dejó a su     mamá (y a todas las otras mujeres) por usted.

Sea amante de su marido, no su madre. Las dos cosas no combinan.

¿Usted ya blindó su matrimonio?