thumb do blog Renato Cardoso
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“QUIERO CAMBIAR, PERO NO LO LOGRO” – DOS COSAS LE FALTAN

“Quiero, pero no logro dejar atrás las cosas equivocadas que hago y mi manera de ser. Cambio durante dos días y vuelvo a lo que era antes. Veo a otras personas que hacen cosas extraordinarias y dan testimonios de transformación. ¿Qué me falta?”

En la ley de la física, para mover un objeto, un cuerpo o una masa, usted debe aplicar más fuerza que el peso de ese objeto. Si usted quiere mover una silla de 10 kg, deberá aplicar, por lo menos, 10,1 kg de su fuerza. Si aplica solo 10 kg, la silla no se moverá. Y así sucede con cualquier cuerpo; para mover el cuerpo, tiene que aplicar una fuerza superior a su peso.

En la calle, cuando un auto se detiene y el conductor se baja del vehículo, les hace seña a tres o cuatro hombres para que muevan el auto. Ellos deben aplicar más fuerza que el peso del auto. En la vida también es así, para todo lo que usted quiere cambiar de lugar, quitar de su actual estado, es necesario usar más fuerza que ese problema puede ofrecerle.

Esta es la razón por la cual su vida cambia por algunos días, usted logra dejar algunos vicios, deja de hacer algo equivocado por un tiempo, sin embargo, vuelve a hacerlo de nuevo porque no aplica una fuerza mayor. Este es el motivo, pero, en el fondo, lo que usted más quiere es seguir practicando eso.

En realidad, usted solo quiere darle una ojeada a la pornografía, y ese “solo por hoy” supera el deseo de dejar lo que está mal. Donde ponga más fuerza es lo que vencerá. Le faltan dos cosas; la primera es: debe dejar el pensamiento equivocado. La Palabra de Dios dice: “ninguna tentación es más grande de lo que podamos soportar, Dios es fiel y no permite que el pecado sea más grande que nuestra fuerza de resistir”. La persona que quiere dejar de mentir, pero no lo logra, en realidad, puede hacerlo, porque la Palabra de Dios lo garantiza.

La persona se convence de que eso la supera, pronuncia palabras de derrota, profecías que se cumplen, dice que es demasiado difícil y ni lo intenta. Lo primero que debe hacer es cambiar la manera de pensar. Esto es posible si usted aplica más fuerza que su problema. Dios es fiel. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” 1 Corintios 10:13

Dios le dio ese poder al ser humano, “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.” Génesis 4:7

La segunda cosa que le diré, después lea Hebreos 12:4, “Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado…” ¿Qué es resistir hasta la sangre?

Sabemos que la sangre es vida, poner la fuerza necesaria para vencer el pecado. Esta Palabra se refiere a un combate.

El combate contra el pecado exige el derramamiento de sangre. En el pasado, los animales pagaban el pecado. Hoy en día, Dios quiere que usted venza la tentación, las cosas que están mal, y eso exige que usted haga un esfuerzo, negando su voluntad, ¿o piensa que la persona cambia de la noche a la mañana? ¿Cree que esas historias de superación fueron fáciles? Hubo sacrificio, negación, resistencia, al no hacer lo que estaba mal, al “tragarse el orgullo”. De este modo, usted resiste el pecado, contraría su voluntad, apuñala a su cuerpo y sale sangre.

Usted no cambia porque no quiere derramar sangre, no quiere esforzarse, no va hasta el límite, por eso no cambia. Piense en una mujer que da a luz, todo nos indica que el dolor de parto es horrible, ella grita; hay trabajos de parto que pueden durar hasta 10 horas. Ella sabe que, por más que le duela, si no pasa por ese proceso, el niño puede morir y ella también, por eso ignora el dolor y el niño nace. Así debe ser con usted.

Niegue su voluntad en favor de lo que quiere cambiar. Ahora usted entiende por qué no logra cambiar, solo debe poner toda su fuerza.