Así como no existe el feliz auto nuevo, feliz ropa nueva, feliz empleo nuevo, feliz semana nueva, tampoco existe el feliz año nuevo. Lo que sí existe, o puede existir, es:

Feliz persona nueva.
Feliz marido mejor.
Feliz esposa sabia.
Feliz empleado motivado.
Feliz patrón realizado.
Feliz joven maduro.
Feliz hijo de padres ejemplares.
…
O sea, las cosas inanimadas no tienen vida, ni sentimientos, ni consciencia, por lo tanto no pueden ser felices o infelices. Solamente las personas pueden ser felices.

Y lo que hace a las personas felices no es un simple deseo de “feliz año nuevo”, por más que eso pueda traer una satisfacción momentánea de haber sido saludado o recordado. Lo que hace a las personas felices son sus propias actitudes.

Actitudes que comienzan con un pensamiento. Pensamiento que comienza con una creencia. Creencia que comienza con la comprensión de los pensamientos de Dios.

Por lo tanto, la persona que lee este blog, medita y actúa sobre lo que aprende, tiene muchas más chances de tener un año mejor, que la persona que recibió 127 saludos de “feliz año nuevo” en los últimos días.

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