En el día 4 de noviembre de 1995, Yigal Amir, un israelita y estudiante de Derecho, asesinó el Primer Ministro en ese entonces, Yitzhak Rabin, porque según él, Dios le había mandado hacerlo. En mayo de 2003, la tejana Deanna Laney, madre de tres hijos, esposa dedicada y miembro del coro de su iglesia, mató a sus dos hijos de 6 y 8 años y aplastó el cráneo de su bebé de apenas 1 ano y 2 meses. En seguida, llamó a la policía y dijo, calmadamente: “Acabo de matar a mis hijos. Dios me mandó hacerlo.”

Cuando escucho historias como estas, yo pienso: o Dios enloqueció o el Dios que yo creo es muy diferente al de esas personas. Los dos ejemplos anteriores pueden ser un poco extremistas, mas muestran bien lo que puede suceder cuando las personas no reconocen la verdadera voz de Dios.

Todos los días, personas en todo el mundo toman decisiones basadas en la creencia de que fue Dios quien les mandó. ¿Cuántas personas, por ejemplo, se casan pensando que encontraron la persona según “la voluntad de Dios” solo para enterarse, más adelante, que cometieron una terrible equivocación? La verdad es: ¿quien no quiere oír a Dios hablar? Pero, ¿cómo es que Dios habla con nosotros? ¿Podemos identificar Su voz con facilidad? ¿Cómo podemos ser más sensibles a ella? ¿Será que el diablo puede hablar con nosotros, haciéndose pasar por Dios? Vamos a explorar más sobre este tema.

Yo diría que 99% de lo que Dios nos quiere decir está escrito en la Biblia. El restante 1% se refiere a los diferentes medios usados por Dios para llamar nuestra atención para los otros 99% que Él, de una forma u otra, ya dijo en Su Palabra. O sea: Es extremadamente importante que usted  no se desvíe de la Palabra de Dios cuando busca la dirección de Él para su vida. Sueños, visiones, profecías o cualquier otro tipo de “revelación” especial le llevará a un lugar equivocado. Los cristianos más confundidos que he conocido son exactamente aquellos que ya estuvieron profundamente involucrados con estos tipos de creencia. Eso acontece porque el diablo usa esas cosas para hablar con las personas, fingiendo ser Dios.

Por varias veces, Dios afirmó que Su Palabra jamás cambiaría. Él tiene un compromiso con ella. Él no es como los políticos, que prometen pero no cumplen; tampoco tiene problemas de memoria como para olvidarse de lo que dice. Siendo así, no hay otra palabra, consejo, o revelación más confiable, cierta o segura que la Palabra de Dios. Usted estará seguro si está apegado a ella. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” 2 Timoteo 3.16-17

Dicho esto, es importante que usted considere las Escrituras como un todo, analizando cada versículo que lee de acuerdo con el contexto. Versículos bíblicos aislados pueden fácilmente llevar a consecuencias desastrosas. Dios nos dio la fe y la inteligencia con el fin de que sean usadas juntas para nuestro proprio beneficio. Si usted usa solamente la fe, se tornará un fanático. Si usa solamente la inteligencia, se tornará un incrédulo estúpido.

Dios habla con usted a través de Su Palabra. Por eso, lea su Biblia y medite en lo que está escrito. Participe de las reuniones de estudio bíblico los miércoles en la Iglesia Universal para que pueda aprender más y para crecer espiritualmente como cristiano. Dedique más tiempo para oír a Dios y Él hablará más con usted. Es sorprendente cuánto usted puede beneficiarse cuando ve menos televisión, oye menos música o lee menos el periódico para pasar más tiempo con la Palabra de Dios. Pruébelo. Aquél que tiene oídos, oiga. ¿Usted tiene?