José (lea su historia en Génesis 37-50) tuvo una vida de montaña-rusa. Su trayectoria fue de hijo preferido a  rechazado por los hermanos, vendido como esclavo, encarcelado injustamente, y, por fin, gobernador.

Él tenía muchas razones para tener odio de sus hermanos; de la mujer del jefe que le preparó una trampa; y del jefe que lo lanzó a la cárcel. Pero él no usó aquel odio o rabia contra las personas, ni contra Dios, ni contra sí mismo (lamentándose de la vida).

Al contrario, dio todo de sí, daba lo mejor en todo lo que hacía. Y su desempeño, su espíritu excelente, su confianza en la justicia y en la promesa de Dios, lo hicieron perseverar y ser exaltado en el final.

Lecciones:

• Usted tiene que y debe quedarse con rabia de la injusticia, pero no debe usar esa fuerza de manera equivocada.
• Use su rabia, su odio, para dar lo mejor de sí en todo y, así, llamar la atención de todos y de Dios. El espíritu que José tenía llamó la atención de los hombres y de Dios. Por eso fue exaltado.

Quién tenga el mismo espíritu, tendrá éxito en la vida.